La Guardia Civil y la Policía Nacional desplazada a Barcelona para garantizar la seguridad de cara a la celebración del referéndum del 1 de octubre está sufriendo escraches y pegadas de carteles por parte de los independentistas allá donde se encuentran.
Su respuesta, hasta ahora, había sido la paciencia y la retirada de elementos independentistas en cuarteles. Pero ahora, se ha unido un arma más para luchar contra los que le increpan: la música.
Un guardia civil de Sevilla, alojado en un hotel de Calella (Barcelona) junto con su grupo, salió al balcón de su habitación y empezó a cantar un fandango con la esperanza de que parara la cacerolada que se había organizado en la puerta del establecimiento.
El cante levantó aplausos, olés y consiguió por un tiempo silenciar el ruido de la protesta.