Los tres movimientos de Iglesias que le dejan fuera del tablero constitucional
Podemos apuesta ahora por alinearse con las formaciones separatistas y atraerse al PSOE. Da un giro rupturista contra "el régimen del 78".
24 septiembre, 2017 02:49Noticias relacionadas
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Durante la crisis política sin precedentes que se está viviendo en Cataluña, Pablo Iglesias ha recuperado su perfil más rupturista y se está alejando progresivamente de lo que él mismo llama "el régimen del 78". En los últimos días, el secretario general de Podemos, un estratega que parece entender la política como una partida de ajedrez, ha efectuado varios movimientos, dialécticos y estratégicos, que ubican al partido morado fuera del tablero constitucional donde se mueven PP, PSOE y Ciudadanos.
Podemos es el único de los cuatro grandes partidos que se ha desmarcado de un discurso compartido contra los independentistas y que ha aportado un proyecto alternativo. Se trata de una postura muy criticada y cuanto menos arriesgada, toda vez que incluye una propuesta de crear una estructura política paralela a las instituciones consagradas en la Constitución. En el partido morado creen, sin embargo, que su posición es la única constructiva y será premiada por los electores en Cataluña.
Un discurso más rupturista con “el régimen del 78”
De la transversalidad al rupturismo. En un acto reciente, Iglesias presentaba su pulso al régimen constitucional. El secretario general del partido de los círculos afirma que "el éxito del régimen de 78" fue "llegar a un acuerdo de país" que ahora se ha agotado y tiene que ser sustituido. A su juicio, la crisis política de Cataluña es la prueba evidente de que hay que reformar el pacto de convivencia entre españoles.
Su solución es abogar por una "España plurinacional" formada por varias naciones como Cataluña. Para articular este cambio, se está acercando a los independentistas y está intentando atraerse al PSOE, al tiempo que pretende aislar a PP y Ciudadanos como "bloque de la derecha".
Convocatoria de una asamblea paralela al Congreso
Ese discurso rupturista y de espíritu constituyente ha tomado forma con la última propuesta de relumbrón de Podemos: una asamblea de parlamentarios y alcaldes para desbloquear la situación política catalana. Se trata de una iniciativa sin precedentes recientes en España. Este organismo de nuevo cuño se reunirá este domingo en Zaragoza. A ella acudirán, amén del partido morado y sus socios parlamentarios (IU, En Marea y En Comú), representantes de PNV, PDeCat, ERC, PNV y Compromís.
Sobre estas bases pretende Iglesias cimentar ese nuevo proyecto de país. Algo que pasa, claro está, por atraer al PSOE a su redil. La asamblea concluirá con la redacción de un manifiesto que pedirá al Gobierno del PP que negocie un referéndum pactado con la Generalitat, que es lo que Podemos lleva defendiendo desde hace años.
Alinearse en la calle con los independentistas
El tercer movimiento de Iglesias llegó a raíz de la operación de la Guardia Civil para desmantelar el referéndum del 1-O. El líder de Podemos y sus correligionarios decidieron solidarizarse con los detenidos de ERC. Algo que hicieron con varias movilizaciones simbólicas: una en la Puerta de los Leones del Congreso, con todos los diputados del grupo Unidos Podemos, y otra en la Puerta del Sol, adonde acudieron Pablo Echenique e Íñigo Errejón, entre otros.
"Detenciones no, democracia sí" es su lema para reclamar que se establezca un diálogo porque "en Cataluña hay un problema político al que hay que dar una respuesta política". Esta es la tesis que los diferentes portavoces de Podemos y sus socios repiten estos días. La idea es aparecer ante la población, especialmente ante los catalanes, como defensores del diálogo y enemigos de cualquier medida coercitiva. Esto les ha granjeado fuertes críticas por parte de PP y Ciudadanos, así como un alejamiento del PSOE de Pedro Sánchez, que remarca que está "con el estado de derecho".
Los “presos políticos” y la "suspensión de derechos civiles"
Además, Podemos y sus socios preferentes han defendido una y otra vez a los detenidos. Iglesias sorprendió al tildar de "presos políticos" a la quincena de cargos públicos de la Generalitat arrestados por la Guardia Civil. No fue un desmán ni un desliz, porque sus compañeros de filas insistieron en este argumento. Después, el propio líder del partido morado fue más allá al asegurar que "en Cataluña se están suspendiendo los derechos civiles" con la actuación del Estado allí para frenar el 1-O.
Son palabras, solo palabras, pero evidencian una enorme distancia entre la visión que tiene Podemos de lo que está ocurriendo y la visión compartida del resto de partidos de ámbito nacional. Quizás porque el partido morado quiere romper con un régimen político en el que PP, PSOE y Ciudadanos se sienten cómodos. O, en términos ajedrecísticos, Iglesias juega contra todos. Los ciudadanos decidirán en las urnas, en Cataluña y en toda España, quién gana la partida.