Mariano Rajoy negó taxativamente que en Cataluña se haya celebrado una consulta ciudadana este domingo 1 de octubre, pero se vio obligado a salvar la jornada en el último momento. Cuando comprobó que a primera hora de la mañana los Mossos d´Esquadra no iban a evitar que los ciudadanos que quisieran votar lo hicieran, desplegó el mayor número de efectivos de la Policía y de la Guardia Civil por los puntos más calientes de la geografía catalana con un supuesto único objetivo: "retirar el material electoral". Sin embargo, hubo decenas de colegios en los que los ciudadanos se resistían a salir y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tuvieron que intervenir para evitar que colocasen las urnas y se votase. Hubo heridos.
La intervención del Estado no consiguió evitar que los dirigentes de la Generalitat se fotografiasen depositando su voto en una urna, por muy ilegal que fuera. El president Carles Puigdemont no pudo votar en su colegio electoral, pero burló el precinto, votó en otro recinto y después acudió al que le correspondía para solidarizarse con los vecinos que lo esperaban para arroparlo. En Moncloa se sucedían los mensajes insistiendo en una tesis, que el referéndum no se había celebrado, pero hubo una declaración institucional del presidente del Gobierno al cierre de los supuestos colegios electorales.
El Ejecutivo no asumió ni una sola culpa de por qué España ha visto con sus propios ojos como decenas de miles de ciudadanos de Cataluña hacían colas en sus respectivos colegios para refrendar la desconexión de España. Tampoco el presidente del Gobierno asumió que su incapacidad para encontrar una solución política a Cataluña contribuyó a que la jornada del 1 de octubre fuera como fue. En todo momento estuvo en permanente comunicación con el Rey y con los líderes políticos de fuerzas constitucionalistas: Pedro Sánchez (PSOE) y Albert Rivera (Ciudadanos).
En su intervención pública, Rajoy se limitó a adelantar que este lunes solicitará una comparecencia en el Congreso de los Diputados. También se comprometió a abrir un canal de comunicación con todas las formaciones políticas con representación parlamentaria en Madrid para "reflexionar juntos sobre el futuro que tenemos que afrontar juntos". Si serán reuniones bilaterales o un único encuentro es todavía una incógnita.
El Gobierno ya da por invalidado a Puigdemont y a su Govern y no tiene ninguna intención de reabrir el diálogo para restablecer la normalidad entre las dos instituciones. Todo lo que se negocie a partir del 2 de octubre "se hará desde Madrid", recalcan fuentes gubernamentales. El objetivo es "restablecer la normalidad democrática" cuanto antes.
Gabinete de crisis en Moncloa
Los colaboradores más cercanos del presidente del Gobierno llegaron a Moncloa este domingo al filo de las seis de la mañana. Le acompañaron durante todo el día la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; y el ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, además de su núcleo duro de asesores. Fue la 'número dos' del Ejecutivo la que puso voz a la primera valoración oficial del Gobierno pasadas las dos de la tarde. El mensaje fue contundente a pesar de que había catalanes que seguían votando en sus urnas: "el referéndum "ilegal no se ha celebrado".
Durante toda la jornada, en Moncloa insistían en que "sabíamos lo que iba a pasar y que íbamos a ver imágenes que no querríamos haber visto. Pero lo que ha ocurrido es inevitable cuando un Gobierno se instala en la desobediencia y echa a la gente a la calle para intentar chantajear a la democracia". A su juicio, el Govern utilizó a los ciudadanos "como escudos humanos" y la actuación de la Guardia Civil y de la Policía fue "impecable" porque "nos han defendido a todos".
Agradecimiento a la Guardia Civil y a la Policía
Al concluir la jornada, el jefe del Ejecutivo sacó pecho de uno de los peores días que se recuerdan en Democracia y presumió de que los españoles han podido constatar que el Estado de derecho se mantiene "fuerte y vigente", como lo definió Rajoy. A su juicio, "España ha sido un ejemplo para el mundo" a pesar de que no se han podido evitar las imágenes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado actuando para que no se votara.
El presidente del Gobierno quiso subrayar el trabajo de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. "Han cumplido con su obligación y con el mandato que tenían de la justicia. Hubiera sido más fácil para todos mirar hacia otro lado mientras se perpetraba un ataque tan grave a nuestra legalidad, pero no lo han hecho. Han respondido con lealtad a su compromiso con la democracia y el Estado de derecho". En ningún momento incluyó en los agradecimientos la labor de los Mossos d´Esquadra, muy criticados por su pasividad a la hora de hacer cumplir la ley.
Para Rajoy solo hay unos culpables de este desastre: los responsables políticos de la Generalitat. Son "los culpables de haber promovido la ruptura de la legalidad". El jefe del Ejecutivo ha vuelto a reiterar las veces que que ha ofrecido "un diálogo honesto" a Puigdemont y ha sido rechazado. "Ha tenido muchas oportunidades para abandonar su empeño ilegal, pero no ha querido. Yo lo he intentado".
La aplicación del artículo 155
Respecto a la participación en esta consulta, Rajoy ha asegurado que la "gran mayoría de los catalanes son gente de ley" y no han acudido a las urnas. A su juicio, el 1 de octubre es una "una mera escenificación contra la convivencia democrática y la legalidad" y considera que en todo momento "hemos cumplido con nuestra obligación".
Qué pasará a partir de este lunes 2 de octubre es, de nuevo, una incógnita que nadie se atreve a despejar. En Moncloa confían en que el PSOE "se mantenga firme en sus convicciones de la defensa de la unidad nacional". En estos momentos tan delicados, el Gobierno insiste en que es fundamental la unidad de los partidos constitucionalistas para hacer frente a lo "que pueda venir". La aplicación del artículo 155 para intervenir Cataluña si Puigdemont insta al Parlament a declarar la independencia es la sombra que sobrevoló Moncloa durante todo el domingo.