La mayoría de los españoles era contraria a la celebración de un referéndum ilegal, sin garantías, fraudulento y cuyo único objetivo era -como se está comprobando ahora- servir de pretexto para allanar el camino a una eventual declaración unilateral de independencia.
Sin embargo, no todas las medidas adoptadas por el Gobierno para impedirlo contaba con el mismo grado de apoyo entre la opinión pública. De hecho, del último sondeo de SocioMétrica para EL ESPANOL, publicado el 6 de septiembre, se desprende que el mayor error de Rajoy fue ordenar la retirada de las urnas una vez instaladas en los puntos de votación.
Entre suspender algunas competencias de la Generalitat, perseguir penalmente a los promotores del 1-O, suspender completamente el autogobierno, o proceder a la retirada de urnas, la opción que menos apoyo concitaba fue ésta última. Precisamente, la que más situaciones de violencia ha desatado.
El sondeo de SocioMétrica
Las cifras hablan por sí solas. El 44,2% del conjunto de españoles y hasta el 72,5% de los catalanes se oponía a la retirada de urnas por la fuerza o a que los cuerpos de seguridad impidieran que se colocaran.
En cambio, un 54,3% respaldaba que se persiguiese en los tribunales a Puigdemont y al resto de políticos implicados en la organización, frente a un 29,2% de ciudadanos que era contrario a esta medida: el rechazo era del 69% entre los catalanes.
Asimismo, hasta el 49,5% de los españoles apoyaba la suspensión de algunas competencias de la Generalitat frente al 31% que era contrario a esta medida: este rechazo era superior al 67% entre los catalanes.
Suspensión total del autogobierno
La suspensión total de la autonomía era una opción válida para el 38,4%, frente al 39% que veía con malos ojos esta vía, rechazada a su vez por el 70,5% de los catalanes.
El balance del referéndum ilegal del 1-O es lamentable para la imagen de España: a las fotos de decenas de miles de personas yendo a votar se suman las imágenes de las cargas policiales, lo que ha llevado a muchos medios extranjeros a poner el acento en la represión policial como síntoma de un fracaso de Estado. A la hora de responder por qué ha prevalecido esa imagen; por qué se da por hecho que la actuación policial fue desproporcionada conviene tener en cuenta los resultados referidos.