Diario de dos guardias civiles en Barcelona: "La gente ya no teme abrazarnos"
Dos miembros de la Guardia Civil desplegados en Barcelona relatan a EL ESPAÑOL, en primera persona, cómo están viviendo estos días.
6 octubre, 2017 03:03Cualquier amanecer después del referéndum ilegal del 1 de octubre en Barcelona. Dos guardias civiles del Grupo de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil revisan una y otra vez su móvil a la espera de nuevas órdenes. El guardia civil número 1 -no desvelaremos sus nombres reales por seguridad- se encuentra en uno de los camarotes del crucero Moby Dada, (el Piolín) y el guardia civil número 2 en un hotel de un histórico barrio del centro de Barcelona. Los dos llevan más de una semana en la Ciudad Condal. Describen a este diario en primera persona cómo están viviendo los acontecimientos in situ:
GUARDIA CIVIL NÚMERO 1
Me despierto en el camarote y voy a comprobar qué turno me toca hacer hoy. Cojo mi uniforme, me preparo y me desplazo al punto que tengo asignado. Aquí algunos compañeros están 'a disposición' o forman parte de un retén. Es decir, tienen que actuar ante una llamada. Otros, como yo, tenemos un turno y puesto fijos. Desde que pusimos un pie en Cataluña, no ha pasado un día sin tener que mordernos la lengua. Tienes delante a 2.000 personas, o 500 o 50 increpándote, depende del día. Normalmente no pasa de insultos, escupitajos, amenazas de muerte o que te lancen algún bote. Nunca suelen pasar de ahí, no tienen agallas para hacer nada más, pero hay que estar pendiente de ellos. No puedes adivinar lo que van a hacer esas personas que tienes enfrente, manifestándose.
Aún así, el día transcurre con tranquilidad hasta que nos movilizan a todos hacia las 13 o 13.30 horas. Trasladan a los compañeros a puertos, aeropuertos y acuartelamientos. Poco tiempo después, baja la guardia y todo vuelve a la normalidad. Nos desplazamos al barco (Piolín). En la planta séptima, la zona de lunch y bar, ya está lista la comida. Es el momento más agradable del día. Allí te encuentras con el resto de compañeros de la Guardia Civil y las UIP's (Unidades de Intervención Policial) de la Policía Nacional. Saludas a compañeros a los que conociste hace años. Entre nosotros hay un ambiente muy bueno. Somos como una piña, una hermandad.
En la actitud de la gente de la calle se ha notado un cambio muy grande desde el lunes. Tienen menos miedo, se acercan más a nosotros. Antes se ponían la mano en la boca para decirte: "aguanta" y de alguna manera nos daban ánimo. Ahora no tienen ningún problema en pararse contigo, saludarte, darte las gracias o un abrazo...Puede ser que la gente se sienta mucho más respaldada después del discurso del martes del Rey. Yo vi el discurso en el móvil, cuando iba desde mi acuartelamiento al barco. Francamente, le vi muy bien. Aunque quizá eché en falta algo más de contundencia. Creo que faltan más mensajes de este tipo para los españoles, por ejemplo, por parte del Gobierno.
GUARDIA CIVIL NÚMERO 2
Me despierto en un hotel. A mí no me han echado, como a algunos de mis compañeros. A algunos también les han echado de los gimnasios de barrio a los que suelen ir a entrenar. Más bien los dueños les han dicho que se han sentido presionados a hacerlo.
Estoy pendiente del móvil, de que el jefe diga qué nos toca hacer hoy. Personalmente, me estoy encontrando con más manifestaciones pacíficas que complicadas. Cuando vas de paisano por la calle nadie te dice nada, la gente está tranquila. Pero en el momento que te ven con el uniforme...todo cambia. Aún así, hay gente que nos apoya. Varios vecinos se han acercado y me han dicho: estamos con vosotros. Algunos de mis compañeros están viviendo en casas de barceloneses que les han abierto las puertas y les hacen la comida cada día.
Llevo aquí desde el 5 de septiembre. Viví la primera situación de tensión en la sede del periódico El Vallenc, el 9 de septiembre. Montamos un dispositivo de seguridad en la puerta durante el registro y la gente se manifestó frente a nosotros. Algunas personas se tiraron al suelo sujetando las urnas, se vivieron momentos de tensión. Tuvimos que escoltar al secretario judicial a la salida del edificio. La verdad es que siento pena porque estemos enfrentados entre nosotros sin sentido. Con la que hay montada con el terrorismo del Estado Islámico y estamos a esto...