Mariano Rajoy y su equipo consideran que hay margen para la rectificación en el ultimátum que ha enviado al presidente de la Generalitat. "Se puede volver a la legalidad, ya vimos lo que pasó en el Parlament. No todos en Junts pel Sí piensan igual", reconocen fuentes gubernamentales. Pero una cosa es el deseo y otra la realidad. Las mismas fuentes están convencidas de que en la contestación al requerimiento que ha recibido, Carles Puigdemont no negará haber declarado la independencia. "Si después de tantas dudas ahora aclara que no la declaró, lo mata la CUP", se resignan.
En la recepción que los Reyes ofrecieron el 12 de octubre en el Palacio Real, Cataluña se convirtió en el único tema de conversación de los más de 1.500 asistentes que acudieron a la invitación. La mayoría de ellos se mostraban confiados en que el president de la Generalitat reculará, como ya lo hizo "al declarar y suspender segundos después la independencia".
La buena sintonía que Gobierno y PSOE han mantenido en los últimos días para hacer frente al desafío secesionista se trasladó también al Palacio, donde miembros de los dos partidos se mezclaban y coincidían a la hora de hacer un diagnóstico sobre Cataluña: "Hay esperanza" para revertir la situación. Para la mayoría, unas elecciones autonómicas serían la solución para dar salida al callejón en el que hoy "a duras penas sobreviven Puigdemont y su Govern". Moncloa, por su parte, insiste en que Rajoy "no puede permitir prorrogar más esta crisis que está perjudicando a la economía del país". Pero qué pasará sigue siendo una incógnita.
El PSOE, con el Gobierno "en el corto y largo plazo"
Mientras Puigdemont agota el tiempo que Rajoy le ha dado para responder a su requerimiento, las quinielas sobre cómo se procederá a restituir el orden en Cataluña son infinitas. Pedro Sánchez, que hizo el pasamanos real entre Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, dio a entender que confiaba en la rectificación del president. "No es tan evidente que se vaya a aplicar el 155", comentó con los periodistas presentes en el acto. Consciente de que el conflicto durará tiempo, avanzó que su partido estará junto al Gobierno en este asunto "en el corto y largo plazo", para la tranquilidad de todos los miembros de Moncloa.
El secretario general del PSOE insistió en que ni Rajoy ni nadie, "excepto Puigdemont y Rivera", quieren poner en marcha ese artículo constitucional para intervenir Cataluña. La única solución que propone el socialista para "restituir la legalidad es que Puigdemont convoque elecciones". El expresidente del Gobierno Zapatero auguró un conflicto "largo" y advirtió de que "tenemos que estar preparados". Sin embargo, el exlíder socialista también decía que "lo deseable es no tener que aplicar el 155".
Espaldarazo al Rey y a la unidad de España
El día de la Fiesta Nacional sirvió para inyectar adrenalina a unos líderes políticos que se han visto señalados por los acontecimientos. Mientras unos y otros conversaban, la Casa del Rey reconocía con sorpresa la rapidez con la que este año confirmaron los invitados su asistencia. Fueron más de 1.500 personas, el acto más multitudinario tras la proclamación del Rey. Muchos lo entendieron como un espaldarazo a la figura del Monarca y a la unidad de España. De hecho, en el acto estuvieron muchos exministros socialistas que quisieron poner en valor el espíritu del 78 que "tanto nos costó construir", reconocía alguno en privado.
La fiesta de la unidad de España sólo la empañó el fallecimiento del capitán Borja Aybar cuando volvía precisamente de desfilar en Madrid. Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal fueron los primeros en pasar por el saludo real. Felipe VI y Letizia se interesaron por el estado de salud del piloto. El presidente le confirmó su fallecimiento y el monarca miró al cielo, en señal de duelo. Acto seguido, la ministra de Defensa también le contó en pocos segundos la información que tenía. Antes de que el Palacio Real despidiera a sus últimos invitados pasadas las cuatro de la tarde, Cospedal y Rajoy ya habían llegado a Albacete para acompañar a la familia del fallecido.