La coalición abertzale EH Bildu considera que el nacionalismo vasco debe aprovechar el “declive del régimen de 1978” y la “oportunidad” que brinda el proceso catalán para convertir a la comunidad autónoma del País Vasco en un estado independiente. Con tal fin emplaza al PNV y a Elkarrekin Podemos, también defensor del derecho a decidir, a pactar una hoja de ruta que reconozca el derecho de autodeterminación del pueblo vasco y ponga en marcha un proceso constituyente que se materialice mediante un Parlamento “soberano” y a través de una consulta cuyos resultados sean vinculantes. La negociación con el Estado sólo cabe en una segunda fase y únicamente para aplicar la decisión salida de las urnas. Ante una respuesta negativa se transitaría de manera unilateral por una “vía propia” para alcanzar la soberanía.
El horizonte último es la República Confederal vasca, integrada por la comunidad autónoma, Navarra e Iparralde, previa consulta a los ciudadanos de los distintos territorios, aunque EH Bildu admite desde el “realismo” las distintas velocidades del proceso y circunscribe la propuesta presentada este lunes al ámbito de aplicación de la Cámara de Vitoria, donde una ponencia de autogobierno trabaja desde la legislatura pasada en la consecución de un nuevo estatus político para el País Vasco que supere el marco estatutario de 1979.
Será en ese ponencia donde EH Bildu se empleará a fondo en los próximos meses para conseguir el apoyo de PNV y Podemos en torno al ejercicio del derecho a decidir. El margen para alcanzar un pacto se estrecha más allá de los principios, por cuanto el lehendakari Urkullu ha desterrado hasta la fecha seguir los pasos del presidente catalán, Carles Puigdemont, y aspira a un nuevo estatus jurídico pactado previamente con el Estado.
“EUSKADI OCUPADA DESDE HACE AÑOS”
EH Bildu parte de que el Estatuto de Gernika está “completamente agotado” y que para mejorar la calidad de vida y el bienestar de los ciudadanos de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa es imprescindible un Estado vasco, mediante la creación de estructuras propias, poder judicial incluido, a partir del entramado institucional actual.
Argumenta que Euskal Herria es “una nación”, con derecho a la autodeterminación y que el único límite para decidir su futuro es la voluntad de la ciudadanía, a la que debe subordinarse la legalidad y no al revés.
Cree que la autodeterminación está amparada por el derecho internacional y salva los requisitos exigibles de colonialismo u ocupación con la justificación de que Euskadi “lleva ocupada muchos años”. Para explicar las “distintas ocupaciones” sufridas a lo largo de cuarenta años y sin fecha determinada, su portavoz, Maddalen Iriarte, ha aludido a las sentencias del Tribunal Constitucional y a las decisiones del Estado contrarias a las adoptadas previamente por las instituciones vascas. “El término de ocupación es muy amplio”, ha razonado.
EL ESTADO, “SIN DERECHO DE VETO”
La coalición abertzale niega que puedan existir soluciones dentro de la Constitución española y rechaza la reforma auspiciada por el PSOE. Cree, por el contrario, que el proceso puesto en marcha en Cataluña facilitará al País Vasco “la posibilidad de mantener relaciones de igual a igual con el Estado español” y el resto del mundo. Y llama a impulsar la cooperación con otros movimientos independentistas, “con la vista puesta no ya en la democratización del Estado español sino en la soberanía de las naciones bajo administración española”.
Sin poner plazos, para que las fechas no se vean superadas por los acontecimientos, EH Bildu aspira a que antes de 2019, año de nuevas citas electorales, el País Vasco se haya pronunciado sobre su nuevo estatus jurídico.
Su procedimiento incluye una primera fase en la que la ponencia parlamentaria, -que este martes fijará un calendario- acuerda las bases para superar el marco estatutario que, previo contraste con distintos agentes sociales, aprobaría el pleno de la Cámara. Sobre ellas se erigiría luego un proceso constituyente con la redacción de un texto articulado de nuevo estatus ratificado en pleno. Tras su aprobación se convocaría una “consulta habilitante” para obtener el refrendo de la ciudadanía.
El resultado de esa consulta sería “clave” para entrar en la segunda fase del procedimiento y establecer una posición negociadora frente al Estado. Este no tendría “derecho de veto” y debería “primar la voluntad del pueblo”, según ha defendido Iriarte. Lo que significa que ni el Gobierno ni las Cortes podrían introducir cambios en el articulado y sólo se negociarían “los mecanismos y plazos” para materializar lo ya decidido.
La portavoz de EH Bildu ha ido más allá y anticipado la “negativa cerril” del Estado en función de la “respuesta violenta” que está ofreciendo a Cataluña. Ante esa reacción los agentes políticos y sociales tendrían que activar “una vía propia para acceder a la soberanía” y anteponer la “legalidad vasca a la legalidad española”.
“Condicionar el nuevo estatus a un acuerdo político con el Estado supone renunciar de facto al derecho a decidir”, ha explicado Iriarte, que ha emplazado al PNV y Podemos a no caer en esa “irresponsabilidad”. “En Madrid no encontraremos pacto , sino agresión”, ha insistido.
A pesar ha admitido que no ve al lehendakari Urkullu “en la línea” de seguir adelante al margen del Estado , ha dicho “no tener dudas” de poder alcanzar en el Parlamento Vasco “un acuerdo amplio” con su partido y Podemos en torno al derecho a decidir.
Su llamamiento, dirigido a sumar la mayoría necesaria en la Cámara, choca con los planteamientos expuestos por el PNV en la ponencia de autogobierno. El partido de Ortuzar también defiende una consulta habilitante pero negociada previamente con el Estado y en el documento remitido a la ponencia parlamentaria se compromete a desarrollar la reforma del autogobierno “dentro de la legalidad”.
EUSKERA, LENGUA PRIORITARIA
El nuevo estado vasco propugnado por EH Bildu se basaría, según recoge en su propuesta, en el respeto a los derechos humanos y la garantía de los derechos sociales y en que todos los proyectos políticos democráticos se puedan defender y llevar a cabo en condiciones de igualdad, con la inclusión de una ley de referéndum y consultas ciudadanas para hacer la democracia más participativa. Contaría con un ámbito vasco de relaciones laborales y políticas económicas y fiscales propias. El euskera y el castellano serían lenguas oficiales pero la primera tendría carácter prioritario.
EH Bildu reconoce el derecho a decidir del pueblo vasco pero no por separado a cada uno de los tres territorios que integran la comunidad autónoma. Aunque Maddalen Iriarte ha respondido afirmativamente a una pregunta sobre el derecho de Álava a decidir ante Bizkaia y Gipuzkoa en el supuesto de que sus ciudadanos rechazaran en la consulta el nuevo estatus aprobado por el Parlamento Vasco, desde su grupo parlamentario se han apresurado a rectificar sus palabras minutos después. Se remiten al documento presentado donde el sujeto político es el pueblo vasco y se reconocen como únicos ámbito de decisión los de la comunidad autónoma vasca, Navarra e Iparralde.