Trapero culpó a la Guardia Civil del acoso de 18 horas que sufrieron los agentes
El máximo responsable de los Mossos d'Escuadra mantiene que debió ser informado del operativo secreto.
19 octubre, 2017 02:16El máximo responsable de los Mossos d'Escuadra, Josep Lluis Trapero, culpó directamente a la Guardia Civil de provocar con su mala gestión el asedio de 18 horas que mantuvo retenidos a sus agentes frente a la sede que la Conselleria de Economía tiene en Barcelona el pasado 20 de septiembre. En su primera declaración judicial ante la Audiencia Nacional, Trapero -investigado por un presunto delito de sedición- aseguró que la aglomeración de más de 20.000 personas que cerró la salida a los agentes se generó ya que los responsables del Instituto Armado no alertaron a los Mossos de que pretendían lanzar una operación importante en Cataluña.
El operativo del que habla Trapero era una investigación judicial secreta que afectaba en total a 40 sedes de la Generalitat y distintos organismos presuntamente vinculados a la organización del Referéndum ilegal del 1-O. Unos comicios en los que la Justicia investiga también la pasividad de la policía autonómica catalana. A preguntas del fiscal, Trapero aseguró que "Si nosotros el día antes se nos dice que va a haber una operación que va a afectar a nosecuantos sitios, con el grado de concreción que se quiera, porque cualquiera entiende que un tema pueda estar en secreto, pero prever que en Barcelona va a afectar a ... podíamos haber preparado muchos más equipos de orden público y tenerlos en la ciudad".
Para afianzar su tesis, Trapero recuerda además que ese mismo día "hay otra operación de la Policía Nacional en la sede de las CUP que acaba igual. Acaban rodeados los policías y no pueden hacer un pasillo porque está la gente". Con una tesis diametralmente opuesta, la Fiscalía mantiene que la inacción del cuerpo coordinado por Trapero facilitó la creación de esas concentraciones que asediaron el trabajo policial. "¿Y no pudo consultar usted las redes sociales, donde había noticias de las operaciones desde las ocho de la mañana?", le replicó el fiscal del caso.
Contradicciones
En su primera declaración judicial, previa al informe de 300 páginas donde la Guardia Civil ampliaba sus acusaciones contra Trapero y otros miembros de su equipo, el máximo responsable de los Mossos aseguró que sus agentes fueron incapaces de acceder a los vehículos que la Guardia Civil tenía frente a la sede de Economía por la aglomeración de gente. Tres coches que fueron destrozados por los manifestantes y en los que se encontraban, por ejemplo, las armas y el material antidisturbios de los guardias civiles. Trapero asegura incluso que intentó acceder a ellos con agentes de paisano y que también le fue imposible. Mientras tanto, las imágenes de aquel día demuestran cómo un nutrido grupo de periodistas consiguió acceder a los vehículos y grabar la escena. Algunos incluso desde el techo de uno de los coches.
De hecho, el propio mayor de los Mossos reconoce en otro momento de su declaración que el cuerpo autonómico tenía también efectivos sobre el terreno. El primero, un sargento de mediación, dedicado a cubrir las principales manifestaciones en Barcelona. En otro momento del día y según la declaración de la secretaria judicial, fue una mosso d'Escuadra la que accedió al edificio asediado para traer "cinco bocadillos" para los agentes que allí trabajaban en el registro judicial. Al final de la noche fueron 13 dotaciones según sus palabras las que estaban controlando el edificio. Pero nunca cargaron contra los 20.000 manifestantes que se sumaron de forma progresiva, al considerar Trapero que el riesgo de un altercado importante de orden público era mayor del que corrían los agentes que estaban dentro del edificio.
En otro momento de su comparecencia, Trapero aseguró que el trabajo de la comisión judicial, que entró al edificio de la Generalitat a las 8 de la mañana y pudo salir 18 horas después, no se vio perturbado "En Ningún momento". "Hombre, después de entrar a las ocho de la mañana no pudieron ni comer más que en las máquinas del edificio", le reprochó el fiscal.
"A nosotros de las manos no se nos ha ido en ningún momento. A nosotros de las manos como gestión de una concentración no se nos ha ido de las manos en ningún momento. Y si nosotros hubiésemos podido planificar, hubiera ido mejor, también se lo digo", mantuvo Trapero en otro momento, reiterando a su juicio la responsabilidad de la Guardia Civil y obviando que la responsabilidad de acordonar las zonas, pedida de forma reiterada por los agentes desde las ocho de la mañana, recae necesariamente en su cuerpo, que es el que tiene las competencias de seguridad ciudadana y control de masas en Cataluña.
Final de la noche
El mayor de los Mossos d'Esquadra explicó a la juez Carmen Lamela que no proporcionó seguridad a la Guardia Civil para salir del edificio de Economía hasta llegada la madrugada, porque éstos le dijeron que "tenían problemas informáticos" y podían estar dentro toda la noche.
No fue Trapero quien habló con los guardias civiles, sino su intendente Teresa Laplana, también investigada. Según el responsable de los Mossos, un agente que estaba dentro del edificio dijo a Laplana a las 22.30 de la noche, cuando en la calle había ya 40.000 manifestantes, que su trabajo se podía alargar durante horas. "La Guardia Civil lo que nos dice es que es un problema informático y que se puede alargar horas o toda la noche, es lo que le dicen a la intendente y eso es lo que nos transmite ella", explicó a la juez.
Trapero también se desentiende del último momento de la noche, cuando acabó el asedio y los últimos guardias civiles salieron del edificio. A las 3 de la madrugada, una vez que los Mossos habían hecho un "poco de carga policial" (así define la actuación de su Cuerpo ante la juez) y cuando la secretaria judicial había salido del edificio escalando por la parte trasera, se marchó. "¿Ya se había desentendido del problema?", le preguntó la magistrada. "No me había desentendido del problema, pero a esa hora quedaba poca gente, lo único que estaba habiendo era la recuperación de los vehículos y ya no lo estaba gestionando yo, lo estaba gestionando otro comisario", reconoció ante la magistrada.