El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha insistido esta noche en que el estado español "quiere una Cataluña disminuida y humillada. Una Cataluña que acepte sin chillar su vergonzante falta de inversión o su insostenible déficit fiscal y su constante disminución del autogobierno", al tiempo que ha vuelto a reclamar un diálogo con el Gobierno.
"Una Cataluña que si alza demasiado la voz, se la castiga y se la agrede. O se le perjudica deliberadamente su capacidad económica. Y que si incluso así sigue alzando la voz, una Cataluña suspendida, en la que la voluntad de los ciudadanos no cuenta, y donde se pueda cesar al Govern y al Parlament a pesar de tener el apoyo indiscutible de la ciudadanía", ha añadido.
Así se pronunció Puigdemont, que fue recibido con una cerrada ovación, durante su intervención en la XXIII Nit de l'Empresari, un evento organizado por la patronal catalana CECOT, en el que ha denunciado que España "agrede o suspende la voz de Cataluña" si pide un diálogo y asegura que un empresario "nunca enviaría a la policía a pegar a sus clientes" .
"Como país, y como muchas empresas, no se ha llegado aquí por conjunción de azar, sino que se ha llegado claramente por la fuerza de la gente", ha dicho el presidente de la Generalitat, y ha mantenido la apuesta por el diálogo y la mediación hasta el último momento.
Críticas a la Unión Europea
El presidente del Govern también ha criticado la postura de la Unión Europea en el conflicto entre Gobierno y Generalitat, y ha insinuado que Europa tiene más de una cara: "Tolera la unilateralidad de no acoger refugiados y de incumplir la construcción del Corredor Mediterráneo. Esta Europa no es la que gusta y corre el riesgo de convertirse en una carcasa vacía".
"Encontramos insostenibilidad, desinterés e insolidaridad cuando en la carta fundacional de los derechos humanos todo esto aparece", y ha asegurado que la sociedad se está alejando de aquellos modelos que son capaces de traspasar el Estado de derecho para asegurar su 'status quo'.
En esa misma línea se manifestó el presidente de la CECOT, Antoni Abado, quien alertó de que "las voces y expresiones sociales no se pueden encarcelar" ya que, según sus palabras, "está en juego la libertad".
"Sin libertad no hay democracia, ni futuro", y ha extrapolado la crisis política con el mundo empresarial, en el que dice que los empresarios dialogan y pactan en cualquier situación porque están abducidos por el sentido común.
"Por ello y hasta la extenuación queremos lo que desesperadamente necesita España: diálogo", y ha dicho que los empresarios se postulan como alternativa y refuerzo a la mediación.
"Hace 40 años que no se habla"
Abad ha situado al tejido empresarial fuera del ámbito político y ha determinado que las compañías catalanas se sitúan al lado de las instituciones y los ciudadanos de Cataluña, además de insistir en que "la libertad es decidir, responsabilidad y conciencia". "Hace unos 40 años que se calla y que no se dialoga. Ha llegado el momento de hablar", ha asegurado.
Al acto también acudieron la presidenta del Parlamento de Cataluña, Carme Forcadell, así como la presideta de la Diputación de barcelona, Mercè Conesa, y varios consejeros del ejecutivo catalán.