La cooperación entre España y Bélgica en los últimos veinte años ha sido un camino de curvas vertiginosas. Antes de que Carles Puigdemont huyera a la capital de Europa, sucesivos Gobiernos españoles tuvieron que trabajar a contrarreloj con un ojo en Bruselas.
El expresident de la Generalitat ha elegido Bélgica a sabiendas de su tradición garantista y de que otros antes que él lograron evitar la extradición a España, la mayoría de ellos etarras, casi todos asesorados por el mismo abogado elegido por el exmandatario independentista: Paul Bekaert.
Independientemente de que España lograra -o no- la vuelta de los terroristas huidos, las relaciones diplomáticas atravesaron episodios de estrés, de un carácter similar al actual. Prueba de ello son -y fueron- los titulares en los medios y los mensajes lanzados de un Gobierno a otro desde distintas tribunas.
Luis Moreno y Raquel García, liberados por Bélgica
Luis Moreno Ramago y Raquel García Aranz protagonizaron una escalada de tensión que llevó a España a paralizar su cooperación con Bélgica. Era 1993 y los dos etarras fueron detenidos en el país centroeuropeo. En Madrid se les quería juzgar por su presunta pertenencia al comando Vizcaya, pero el Tribunal de Primera Instancia de Bruselas los puso en libertad.
Ambos fueron defendidos por Paul Bekaert, que ahora asesora a Puigdemont. El letrado consiguió convencer a la Justicia belga de que las pruebas esgrimidas contra sus clientes se obtuvieron gracias a golpes y malos tratos.
Natividad Jáuregui, libertad y vuelta a los fogones
Conocida como "Pepona", España reclamó a Bélgica su extradición por su presunta implicación en el asesinato del teniente coronel del Ejército, Ramón Romeo. Tres etarras ya habían sido condenados por este crimen, pero la Policía sospecha que fue ella quien apretó el gatillo.
En agosto de 2016, el Gobierno español conoció el "no" definitivo de la Justicia belga a extraditar a la terrorista. "Existe la posibilidad de que sus derechos fundamentales no se respeten", dictó el Tribunal de Apelación. "Pepona" fue liberada y recuperó su vida de huida, dedicada a la hostelería.
Ventura Tomé: España logró juzgarlo
Fue detenido en Bélgica en octubre de 2011. La Justicia española lo reclamó en base a una Euroorden, igual que ahora ocurre con Puigdemont. Tras agotar todos los plazos y recursos, Bélgica decidió extraditarlo para que pudiera ser condenado por los atentados de los años ochenta en los que participó. Esta vez, Paul Bekaert cayó derrotado en los tribunales.
En septiembre de 2014, Ventura Tomé fue liberado de la cárcel por sufrir un cáncer de próstata y pulmón. Su pena concluía en 2029.
Luis María Zengotitabengoa, condenado en España
Este etarra fue detenido en Ostende (Bélgica) en agosto de 2010 por su presunta participación en el traslado de explosivos a Portugal. Solicitó asilo político. En España "se vulneran los Derechos Humanos", intentó defenderse. Dos meses después, en octubre, fue entregado a España tras agotar todas las posibilidades de apelación. El juez, finalmente, decretó su libertad a cambio de una fianza de 30.000 euros.
Javier Aguirre, España y Bélgica se pelearon por juzgarlo
Javier Aguirre Ibañez fue detenido en Bruselas en 2011. Compartía piso con uno de los etarras anteriormente citado, Ventura Tomé. La Justicia española lo buscaba para juzgarle por la colocación de artefactos explosivos y haberse refugiado en Bélgica bajo el paraguas de ETA.
En Bruselas, por otro lado, querían llevar a Aguirre ante el estrado por los presuntos delitos cometidos en este país: falsedad documental y haber escondido a su compañero Ventura Tomé.