El exvicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, alegó sus convicciones religiosas ante la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela para desvincularse de cualquier acto violento relacionado con el presunto delito de sedición del que se le acusaba y por el que finalmente acabó entrando en prisión junto a otros siete miembros del Govern. Todos ellos se desvincularon de la violencia y denunciaron el poco tiempo que tuvieron para preparar su defensa.
“Nunca, jamás y por muchas razones (he promovido actos violentos), por convencimiento personal. Yo soy creyente y por lo tanto cualquier cosa relacionada con la violencia me parece fuera de lugar”, declaró el pasado 2 de noviembre, según el audio de los interrogatorios adelantado este martes por el diario Ara.
La declaración del exvicepresidente y exconseller de Economía y Hacienda contestó únicamente a las preguntas de su abogado. En su comparecencia ante la jueza -que apenas duró 4 minutos- también fue preguntado acerca de una partida de 6,2 millones de euros públicos destinados a sufragar el referéndum del 1-O. El líder de ERC se limitó a explicar que “los gastos han cumplido siempre los preceptos que corresponden”.
Antes de acabar, quiso insistir de nuevo ante la magistrada que sus “convicciones” le alejan “de cualquier acto violento”. También hizo constar que había recibido la citación para declarar el día anterior, que era festivo y que apenas pudo preparar su defensa.
Rull: "radicalmente pacífico"
Ese argumento fue reiterado por otros exconsellers como el de Territorio, Josep Rull, quien denunció haber recibido el expediente hacía sólo “37 horas”. “No he tenido tiempo para poder preparar mi defensa. Me gustaría que quedase constancia de ello”. Preguntado si alguna vez jaleó a las masas para actuar de forma violenta, Rull contestó -sólo a su letrado- de forma negativa: “Jamás, mi compromiso político pasa por unos ideales radicalmente pacíficos”.
El exconseller de Exteriores, Raül Romeva, únicamente respondió a su abogado en la misma línea que el resto y también se desvinculó de cualquier acción violenta: “Llevo 25 años militando en la objeción de conciencia, en el pacifismo y por lo tanto ni por asomo creo que esto se pueda considerar una opción”, declaró ante la jueza al tiempo que hizo extensible esta postura a todo el Gobierno catalán.
Durante algo más de dos minutos declaró el exconseller de Interior, Joaquín Forn, quien dijo que no había podido leer con detalle la querella ni había promovido ni participado en actos multitudinarios violentos. “No los comparto”, aseveró. Forn era el máximo responsable político de los Mossos d’Esquadra y llegó al cargo en el mes de julio.
Según dijo ante la jueza, él siempre ha defendido que "los mandatos judiciales tienen que cumplirse". En el pasado Forn pronunció declaraciones en las que defendía que los Mossos diesen prioridad a las leyes del Parlament sobre el referéndum por encima de los mandatos del TC.
En la misma línea se mostraron el resto de exconsejeros que pasaron ante la jueza de la Audiencia Nacional: Carles Mundó (Justicia), Dolors Bassa (Bienestar Social) y Meritxell Borrás (Gobernación). Todos los citados ingresaron ese mismo día en prisión a excepción del exconseller Santi Vila, quien rompió con la estrategia del resto y sí aceptó contestar las preguntas de la Fiscalía.