Más de 100 policías locales de Palma, de baja desde la apertura del caso Cursach
Los ingresos en prisión, las inhabilitaciones judiciales y las bajas médicas derivadas de las presiones internas son los principales motivos.
29 noviembre, 2017 02:40Noticias relacionadas
La investigación de la mayor organización criminal y de corrupción empresarial en Palma alrededor del magnate en prisión preventiva, Bartolomé Cursach Mas, ha provocado un socavón en la policía local.
La connivencia del capo de la noche mallorquina con los agentes del cuerpo municipal, a los que habría pagado con dinero, servicios de prostitutas, droga o la anualidad del gimnasio Megasport para que persiguieran con multas a su competencia mientras hacían la vista gorda con sus empresas, según investiga el juez Manuel Penalva, ha provocado numerosas bajas.
Los casos de corrupción en la Policía Local de Palma se investigan, de hecho, de manera independiente al caso Cursach, aunque son indisolubles del relato de los hechos. La trama de corruptelas implica también a funcionarios públicos y políticos de la mayoría de partidos políticos que han pasado por Cort (Ayuntamiento de Palma) desde los años 80, según un informe que la propia policía aportó al juez Manuel Penalva que instruye el caso.
En diciembre de 2015, once efectivos locales ingresaron en prisión preventiva por los presuntos delitos de cohecho, extorsión, coacciones y pertenencia a organización criminal. Así saltaba por los aires una red de graves delitos que habría llevado a la ruina a varios empresarios del ocio nocturno de Magaluf hasta que uno de ellos decidiera, finalmente, denunciar la situación.
A medida que ha avanzado la investigación, más de 100 policías municipales han tenido que desfilar por los juzgados del Tribunal Superior de Justicia de Baleares (30 siguen investigados y el resto han declarado como testigos). Parte de esos policías han sido inhabilitados y otros han pedido la baja médica.
Esta situación no solo ha afectado a la reputación del cuerpo municipal, sino también al propio desarrollo de su trabajo, puesto que el 10% de la plantilla lleva de baja desde el año 2015, según confirman fuentes del sindicato FESP-UGT de la ciudad a EL ESPAÑOL. Sin ir más lejos, de los 870 efectivos de la policía municipal, 106 estaban de baja al cierre de la semana pasada.
Esa falta de efectivos también es la causante, entre otros motivos, de que algunas decisiones en la Policía Local estén en el aire. Algunos ejemplos son que todavía no se han cubierto los puestos de 'policías tutores' asignados a los institutos de educación secundaria de la ciudad o que el aeropuerto se encuentre con menos efectivos de los necesarios en temporada alta de vuelos.
Seguretat Ciudadana del Ayuntamiento de Palma no ha podido confirmar cuántas de esas bajas se corresponden con investigados o efectivos en prisión ni si las bajas médicas son provocadas por la tensión derivada de la investigación en la Policía Local en relación con el caso Cursach. Sin embargo, fuentes de la Policía que prefieren no desvelar su identidad aseguran que el caso ha abierto una brecha irreparable en el cuerpo y una "situación de desconfianza insostenible entre compañeros".
'Bullying' al Policía que colaboró con la investigación
El relato de uno de los policías que colaboró desde el principio con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado es clarificador.
Sus declaraciones ante el juez, incorporadas al sumario del caso al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, reflejan las amenazas e insultos que recibió por parte de sus compañeros investigados. Incluso denunció que unos desconocidos le acorralaron en una carretera mientras conducía su coche hasta que le sacaron del asfalto.
En noviembre de 2015, al salir de trabajar y dirigirse a su coche situado en un aparcamiento, encontró una nota enganchada a la puerta del conductor en la que se podía leer: "Cuidado con pasarte de listo. Puedes tener un accidente o terminar detenido por algo. Puto enano", según se recoge en el sumario del caso.
No fueron las únicas advertencias que recibió. En el gimnasio Megasport (propiedad del Grupo Cursach) donde entrenaba la mayoría de policías locales, algunos compañeros también le advirtieron de que alguien podría romperle la cara. Este testigo es uno de los policías que no ha podido incorporarse a su puesto de trabajo por las lesiones psicológicas que le ha provocado la situación.