La estampa será habitual en Madrid durante todas las navidades: una barrera de policías municipales en los accesos a la calle del Carmen desde la Puerta del Sol y a la calle Preciados desde la Plaza de Callao. La polémica medida implantada por el Ayuntamiento para que los peatones circulen en un único sentido tiene el objetivo de evitar posibles aglomeraciones. Por el momento, no es posible medir su efectividad, pero algunos ciudadanos ya se han mostrado perjudicados por la inflexibilidad de los agentes.
Es el caso de María Teresa García, una anciana que este sábado quería acceder al Hotel Europa por la calle del Carmen -desde ahora solo de bajada- y a la que los municipales le obligaron a dar toda la vuelta a la manzana. Ni el hecho de caminar con la ayuda de una muleta por un problema de espalda sirvió para que María Teresa convenciese a los policías de hacer una excepción.
"Esto es incomprensible, no lo entiendo. Que me digan que no puedo acercarme al hotel, que está ahí mismo, a dos pasos... En ninguna parte del mundo he visto yo esto", decía resignada la anciana. Por su parte, los agentes justificaron que únicamente se dedicaban a cumplir con sus obligaciones: "Me han dado unas órdenes y son las mismas para todos. Tienen que pasar por la otra calle", explicaba uno de ellos.