La Policía Nacional ha detenido a cuatro personas, tres en España, y una en Marruecos, por su pertenencia al Estado Islámico. La operación se ha desarrollado de forma simultánea en Tánger (Marruecos) y en Figueres (Girona) y Parla (Madrid), donde se han practicado varios registros domiciliarios.
Los arrestados eran objetivos claves de la lucha antiterrorista por difundir material yihadista de corte radical en Internet e incitar de manera directa a la comisión de atentados en España.
Todos instrumentalizaban sus perfiles en redes sociales para desarrollar la labor del aparato propagandístico de la organización terrorista en España.
El detenido en Tánger estaba buscado por autoridades de varios países por ser un peligroso integrante del EI. Su labor, como integrante del apartado propagandístico, era recopilar información de las distribuidoras oficiales de la organización terrorista cada día.
Además, elaboraba dossiers actualizados y dirigidos a radicalizar al mayor número de usuarios en Internet. Muy conocido en la web, presumía de haber abierto hasta 300 perfiles en la red a través de los que los futuros radicales se descargaban material muy violento desde un único enlace.
Aunque adoptaba amplias medidas de seguridad que impedían conocer su verdadera identidad, utilizaba palabras claves y logos que permitían a sus miles de adeptos seguirle aun cuando sus perfiles eran cerrados por sus contenidos inadecuados.
Por su parte, los dos detenidos en Figueres (Girona), dos hermanos de 30 y 31 años y de origen marroquí, se dedicaban a administrar una compleja red de comunicación para potenciar la estrategia global de EI.
Llegaron a colgar material con manuales didácticos sobre la confección de artefactos explosivos de elaboración casera, sobre el apuñalamiento de civiles o ejercicios de entrenamiento de muyahidines, lo que supone una incitación directa a sus adeptos para cometer atentados.
Entre sus amigos virtuales, los agentes detectaron al cuarto objetivo, un marroquí, de 44 años, nacionalizado español, y que ha sido detenido en la localidad madrileña de Parla, que junto a los otros tres desarrollaba labores de adoctrinamiento y captación a través de redes sociales.
Sin embargo, este arrestado no utilizaba apenas medidas de seguridad y efectuaba publicaciones en abierto, mostrando un carácter más desafiante al evitar ocultarse.
Ya estaba adoctrinando a gente de alrededor para buscar cómplices que le ayudaran a planificar un posible atentado terrorista en España.
La operación, que continúa abierta, se ha desarrollado bajo la supervisión del Juzgado Central Instrucción, número 2, y la coordinación de la Fiscalía de la Audiencia Nacional.