Mientras Oriol Junqueras y Carles Puigdemont se pelean por el liderazgo del independentismo, el primero desde la prisión y el segundo desde Bélgica, la Candidatura de Unidad Popular (CUP) sigue su camino con un claro mensaje de desobediencia al Estado.
Si el independentismo suma 68 diputados el día de las elecciones, la CUP volverá a ser clave y promete imponer sus tesis a ERC y Junts per Catalunya como condición para la formación de Gobierno. En 2015 forzaron la jubilación de Artur Mas, el candidato de Junts pel Sí, haciendo president al número tres por Girona, el entonces semidesconocido Puigdemont. Desde entonces, han sido determinantes en el rumbo del proceso independentista, obligando a sus socios a tramitar leyes como la de la transitoriedad, y amenazando en múltiples ocasiones con tumbar al Gobierno si no se abrían paso sus prioridades.
Su campaña está siendo discreta y las encuestas pronostican un retroceso. Perdería dos de los 10 escaños, según el sondeo de SocioMétrica para EL ESPAÑOL, o hasta la mitad, según el último de GAD3 para La Vanguardia. Ningún sondeo otorga al independentismo una mayoría holgada. Es más, no pocas auguran que la suma de ERC, Junts per Catalunya y CUP perderá la mayoría absoluta. Pero en los que la mantiene, la CUP es en todas ellas decisiva. Sin excepción.
"Echaremos al Estado Español de los Países Catalanes"
¿Qué propone la CUP, llave de la mayoría independentista, mientras la atención se concentra en la guerra de poder entre Puigdemont y Junqueras? Su programa, de 72 páginas, contiene muchas medidas para "desplegar la república", pero el cabeza de lista por Barcelona, Carles Riera, lo resumió este domingo en un acto.
"Ni autonomía, ni porras, ni fascismo, ni justicia corrompida ni acuerdos con el Estado", dijo ante cientos de personas. "La bilateralidad no es posible porque el Estado español es una prisión de pueblos y de derechos". El objetivo es continuar por el camino de los últimos dos años. "Lo haremos desobedeciendo con una mano al Estado y al 155 y con la otra unilateralmente, dignamente y en pie, construyendo república". "¡Echaremos al Estado Español de los Países Catalanes!", prometió Riera.
¿Qué dice el programa de la CUP?
El programa incluye la "resistencia" al Estado y al 155, "potenciando la autoorganización y movilización popular para defender la república" con especial atención a los trabajadores, "especialmente los trabajadores públicos", que han trabajado con normalidad desde la intervención del Gobierno.
"La unilateralidad se ha demostrado como la única manera posible de avanzar. Sólo a través del ejercicio de la soberanía y de la autodeterminación el Estado español y la comunidad internacional han reaccionado: este es, sin duda, el principal aprendizaje del 1 de octubre", dice el texto.
La CUP "no apoyará a ningún Govern que pretenda un retorno al autonomismo o que entienda el diálogo con el Estado español como un punto de partida al que supeditarse", sigue. En ese sentido el guiño de ERC de este domingo en el que prometió la unilateralidad si fracasa el diálogo con Rajoy, no sería ni mucho menos suficiente. La unilateralidad parece ser para ERC el final de un camino que empieza por un diálogo con el Estado cuyas condiciones marca el independentismo. Para la CUP, la unilateralidad debería hacerse efectiva el día 22 de diciembre.
"República de Países Catalanes"
Entre las propuestas concretas están desarrollar la ley de transitoriedad, crear un banco central catalán, salir del euro, de la UE y de la OTAN, el "control de sectores estratégicos de la economía como la energía, las comunicaciones y el transporte" o un "control efectivo del territorio" tras poner fin "al despliegue de las fuerzas de ocupación". Pero también "construir una república de Países Catalanes" de corte federal, donde se integrarían otros territorios, como la Comunidad Valenciana o Baleares.
La CUP se muestra dispuesta a entrar en un Gobierno que recoja su programa. En caso contrario, promete una "táctica de no colaboración, a través de la no asistencia a los plenos [del Parlament] o el voto de bloqueo" si "el resto de candidaturas independentistas priorizan combatir los efectos del 155 e intentan un nuevo proceso de acumulación de fuerzas a partir de la alianza con otros espacios políticos para facilitar el terreno hacia un cambio de Gobierno a nivel estatal".
Podría pensarse que en las negativas de la CUP hay buena parte del programa que los antisistema cree que tienen ERC y Junts per Catalunya.