El ex líder de la ANC, Jordi Sánchez, candidato en las elecciones del 21-D en la lista de Junts per Catalunya se arriesga a ser sancionado por haber participado esta noche en la campaña por medio de un mensaje con su voz grabado en una de las conversaciones a las que tiene derecho en prisión.
Esto es lo mismo que hizo el líder de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, en 2012, cuando proyectó un mensaje suyo desde la cárcel de Logroño. Fue emitido en un mitin de EH Bildu en el BEC de Barakaldo (Vizcaya). Fue sancionado a 12 días de aislamiento en celda por una falta grave y a tres días sin posibilidad de disfrutar de paseos por una falta leve.
En ese momento, Prisiones justificó su decisión de aplicarle la sanción por la irregularidad cometida que supone emplear las comunicaciones telefónicas para otro tipo de cuestiones que no sean mantener los lazos familiares. En 2012 el responsable de Prisiones era, al igual que ahora, Ángel Yuste.
La diferencia entre Otegi y Sánchez es que el primero ya estaba condenado por su integración en ETA y clasificado en segundo grado penitenciario, mientras que Sánchez, en prisión preventiva, no ha sido clasificado en ningún grado. Por ello la sanciones serían diferentes, indican las fuentes consultadas, que apuntan a una restricción de sus comunicaciones. A Sánchez, además, el Tribunal Supremo le había prohibido expresamente participar en campaña.
El pasado viernes, el número dos de JuntsxCat solicitó al Supremo salir de prisión para hacer campaña electoral "con la máxima igualdad posible respecto de los demás candidatos", según explicaba su abogado en el escrito remitido al juez Llarena. Se comprometía a facilitar su agenda de actos electorales a cambio de que le dejaran conceder entrevistas a medios de comunicación dentro de Soto del Real, así como acceso a Internet en un "horario amplio".
Este jueves, el juez comunicó su decisión de mantenerle en prisión y tampoco accedió a ninguna de sus peticiones. Llarena cree que hay peligro de que Sánchez impulse "movilizaciones inmediatas" y "tumultos" contra el resultado electoral.
Según recuerdan a EL ESPAÑOL fuentes penitenciarias, Sánchez no tendría posibilidad de grabar un vídeo o un audio en una de sus visitas porque está prohibido introducir en las prisiones sistemas de grabación, ni siquiera móviles. Cuando los presos reciben visitas, los funcionarios obligan a sus allegados a dejarlos fuera antes de acceder a los vis a vis o a los encuentros en el locutorio.
Es por ello que la única opción que tenía era aprovechar una llamada de las que tiene derecho a hacer desde la cárcel de Soto Del Real para que desde el otro lado le grabaran. La lista de las personas a las que quiere llamar es limitada y siempre tiene que contar con el visto bueno del centro penitenciario.
Sànchez dice que su orden de prisión es injusta
"Amigas y amigos, os hablo desde la prisión. Hace más de 60 días que estoy. Me acusan de una violencia que todos sabemos que no existió", comenzó Sánchez en su audio. El expresidente de la ANC ha asegurado que su orden de prisión es "injusta" y ha cargado contra el Gobierno y los jueces por la aplicación del 155, las resoluciones judiciales o el traslado del tesoro de Sijena a Aragón.
"No podemos dar la espalda a Puigdemont", según él. "El único adversario político de verdad se llama Mariano Rajoy. Ni Arrimadas, ni Iceta ni Albiol deben preocuparnos", ha dicho en referencia a los "tontos útiles" que, según él, han colaborado con el presidente del Gobierno. Desde Soto del Real, Sánchez pidió el voto para Junts per Catalunya tras reconocer que era la primera vez que participaba en una campaña electoral.