Así es Tabarnia, el derecho a decidir que niegan los separatistas catalanes
Una exótica reivindicación cuestiona al independentismo con sus propios argumentos: expolio fiscal, protección lingüística y, sobre todo, respeto al resultado de las urnas.
27 diciembre, 2017 02:18Noticias relacionadas
Suena a un reino encantado, pero delimita una realidad palpable en los resultados de las últimas elecciones del 21 de diciembre. Las comarcas más urbanas, dinámicas, ricas y pobladas de Cataluña no son independentistas. Todo lo contrario. En ellas se han impuesto los partidos que promueven la permanencia en España con mucha más diferencia que en el conjunto de Cataluña.
Conforman lo que la plataforma Barcelona is not Catalonia ha llamado Tabarnia. Con ese término, viralizado en las redes sociales, la iniciativa denomina a un grupo de comarcas costeras en torno a Tarragona y Barcelona. Para ellas reclaman, como si se tratase de una nueva provincia, la independencia. La independencia respecto al independentismo para seguir formando parte de España.
Puede parecer una iniciativa muy exótica, estrafalaria incluso, pero pone sobre la mesa un debate nuevo sobre el sujeto de soberanía. Es el elemento nuclear de la lucha de legitimidades que plantean los independentistas entre la ley española y la que, de forma inconstitucional, han aprobado ellos gracias a su mayoría en escaños en el Parlament. Es decir, es un nuevo debate sobre quién debe poder decidir acerca del futuro del país.
La Constitución dice que la soberanía reside en los ciudadanos españoles, por lo que el Gobierno, los principales partidos del conjunto del país y los tribunales han rechazado siempre que Cataluña pueda decidir la autodeterminación al margen del resto de los ciudadanos con los que comparte Estado. Pero, si los independentistas reconocen y defienden el derecho a la autodeterminación de Cataluña, ¿podrían oponerse a la voluntad muy mayoritaria de ciudadanos de las comarcas de Tabarnia si éstos concluyen que también ellos quieren decidir su futuro de la manera más democrática: en las urnas?
La voluntad de la mayoría
Algunos datos son reveladores. El 21 de diciembre, Ciudadanos fue el partido más votado en Cataluña, pero los votantes que escogieron alguna de las cuatro fuerzas con representación parlamentaria que defienden la permanencia de Cataluña en España fueron más del 50%. Concretamente, del 50,94% tres puntos y medio más que el 47,49% que votó por formaciones independentistas.
La ley electoral, que es la española desde el principio de la democracia porque en Cataluña no ha habido consenso para elaborar una propia, da más peso en escaños a las provincias menos pobladas, especialmente a Lleida y Girona. Para lograr un escaño en Barcelona hacen falta más del doble de votos que en Lleida. En las provincias más rurales es también donde el independentismo consigue mejores resultados. Si el reparto de escaños se hiciera en base a una única circunscripción y no en cuatro provincias, el independentismo no dispondría de la mayoría absoluta en el Parlament.
En las principales comarcas de Tabarnia, el apoyo al constitucionalismo fue mucho mayor que en el conjunto de Cataluña. En la comarca del Barcelonès, del 57,58%; en Tarragonès, el 61,55%; en el Baix Llobregat, el 64,87%; y en el Vallès Occidental el 57,22%. Los ciudadanos de estas cuatro comarcas que el jueves pasado acudieron a las urnas son un total de 2.437.809, más de la mitad del total de electores que votaron en toda Cataluña, que son 4.684.855, según los datos oficiales.
Los hechos diferenciales de Tabarnia
En otras palabras: los datos permiten perfilar diferencias geográficas, de población y de renta, además de otros elementos como el idioma o la diversidad de orígenes de sus ciudadanos. Es exactamente lo contrario al “solo pueblo” en nombre del que Carles Puigdemont aseguró hablar justo antes de ser cesado por la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
La plataforma va más allá al decir que, además, Tabarnia contribuye mucho más al presupuesto de la Generalitat de lo que luego recibe, ya que muchas inversiones acaban en las provincias más rurales, menos pobladas y con mayores necesidades. Los habitantes de Tabarnia podrían llegar a decir, con datos en la mano, que Cataluña o, más bien, la Cataluña nacionalista sobrerrepresentada, les roba. ¿Les suena?
Los partidos independentistas no dan validez a todos estos datos porque consideran que, a diferencia de Tabarnia, Cataluña es una nación y sólo las naciones tienen derecho a la autodeterminación. Se basan para ello en elementos clásicos de la definición académica de nación, como un idioma común en todo el territorio, una literatura o características culturales propias.
Sin embargo, la polarización política en Cataluña y, sobre todo, su diversidad, permiten trazar todo tipo de perfiles y clasificaciones, como el de Tabarnia, que de momento no pasa de un ejercicio intelectual que ningún partido ha convertido en reivindicación política.
¿Una idea para una ley de claridad?
Entre los elementos diferenciales citados por la plataforma están "una alta densidad de población; intensa relación comercial con el resto de España; orgullo por el bilingüismo; mentalidad abierta, mayor renta y mayoría de votos no separatistas", según figura en su web.
¿Por qué tendrían los ciudadanos de estas comarcas, en caso de desearlo, menos derecho a la autodeterminación que los independentistas de toda Cataluña, que consistentemente han sido menos del 50% en las elecciones en las que han participado?
Según algunos observadores, poner sobre la mesa estas diferencias y potenciar a Barcelona como ciudad global en contraste con las zonas más rurales e independentistas podría llegar a formar parte del debate en caso de que se cambiase la Constitución y, por ejemplo, se incluyese una cláusula a modo de mecanismo de claridad que obligase a respetar lo votado por los habitantes de Barcelona o más ampliamente de Tabarnia.
Comentarios en redes
"Si los nacionalistas alegan el inexistente derecho a dividir, cualquiera puede hacerlo. Prefiero diversidad y unión", ha tuiteado Albert Rivera, el presidente de Ciudadanos, al respecto.
"Fronteras inventadas, nacionalismo étnico, populismo económico sostenido sobre agravios imaginarios". La frase no es de Rivera sobre el independentismo sino de Aleix Sarri, uno de los asesores de Puigdemont en Bruselas, que critica que "Ciudadanos ha entrado en su fase Liga Norte". El mundo al revés.