El hallazgo de un cuerpo a primera hora de este domingo en las inmediaciones del pantano de Urrunaga (Álava) ha detonado la habitual quietud que se respira en este paraje, en una zona conocida como La Chopera. Todos los indicios apuntaban a que el cuerpo era el del joven montañero Jon Bárcena, desaparecido hace un mes en una excursión por el monte Gorbea con un grupo de amigos. Poco después, un familiar del fallecido confirmó la identificación. Las primeras pesquisas evidencian la falta de signos de violencia en un suceso plagado de incógnitas.
Jon Bárcena, de 19 años, desapareció el 30 de diciembre, en vísperas de Nochevieja. Aquel día, se había citado con unos amigos para subir al monte Gorbea; una ascensión no demasiada compleja para unos chicos acostumbrados al montañismo. En un momento dado, el joven se sintió indispuesto y les dijo a sus compañeros que siguieran sin él, que regresaría a un lugar más tranquilo en el que descansar.
Cuando el grupo regresó al lugar en el que habían dejado los vehículos y advirtieron la ausencia de Jon, alertaron a la Ertzaintza. Durante los días posteriores se montó un fuerte dispositivo de búsqueda, que incluía el despliegue de más de 500 voluntarios que rastreaban las lomas del Gorbea.
La familia Bárcena, procedente del municipio de Berriz, cayó en una actividad frenética, distribuyendo carteles con la cara del joven Jon en buena parte de los pueblos de la zona.
Desde entonces, la Ertzaintza trabajó "con todas las hipótesis": desde la desaparición voluntaria hasta el escenario criminal.
El hallazgo de sus pertenencias
Algunos testigos apuntaban a que habían visto a Jon en las inmediaciones del pantano de Urrunaga el día después de su desaparición. Su relato no era disparatado, puesto que el lugar no está más que a unos minutos de distancia por carretera del monte Gorbea.
Así arrancó el rastreo por Urrunaga. Equipos de buceadores fondeaban el pantano, mientras que los voluntarios peinaban las inmediaciones. El día 4, el viceconsejero de Seguridad del Gobierno Vasco, Josu Zubiaga, reveló un dato fundamental de las pesquisas: "Se han encontrado en la zona prendas de vestir de Jon, que reafirman que ha estado por aquí. Esta es la última zona en la que se le ha podido ver con vida y donde hay objetos personales de él".
Los objetos -también estaba la mochila y otras pertenencias- fueron localizados en un chamizo de difícil acceso en la zona de La Chopera. Las hipótesis que planteaba la Ertzaintza pasaban por que el joven Jon Bárcena se hubiera refugiado en su interior para pasar la noche.
Tras este hallazgo, el vacío. Toda la investigación parecía desvanecerse bajo los pies, sin más señal del chico desaparecida que ese puñado de pertenencias encontradas en el chamizo. Pasaban los días y la familia Bárcena se sumía aún más en una angustia que parecía no tener salida.
"Hoy no sé dónde estás o cómo estás y no puedo encontrarte. Hoy no puedo abrazarte, no puedo estrechar tu cuerpo en mis brazos. Te quiero", escribía su madre, Karmen Amezua, el pasado 23 de enero en su cuenta de Twitter. La fecha coincidía con el cumpleaños de Jon, que en esa jornada hubiese alcanzado la veintena.
El hallazgo del cadáver
Este domingo, a las nueve de la mañana, el grupo de voluntarios localizaba un cuerpo de un hombre joven en las inmediaciones del pantano de Urrunaga. El hallazgo tuvo lugar en un emplazamiento boscoso muy próximo del chamizo en el que se encontraron los objetos. El cadáver, según se ha sabido, estaba fuera del agua. La zona, no obstante, era de difícil acceso, y los vecinos que participaban en el rastreo lamentaban haber pasado por allí "en varias ocasiones" sin haber visto nada.
A las pocas horas, un familiar de Jon Bárcena confirmaba la evidencia: que aquel cuerpo era el del joven de Berriz. "Todo hace pensar que es Jon. Un familiar así lo ha reconocido, pero hay que proceder al levantamiento del cadáver y esperar a que la investigación forense concluya para determinar que es él y las circunstancias de su muerte", sostenía la consejera vasca de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia.
"Amaitu da [se acabó, en euskera]", lamentaba Miren, la hermana de Jon, a través de sus redes sociales.
Sin signos de violencia
Con la certeza de que el cuerpo hallado es el de Jon Bárcena, la investigación se sume por otros derroteros igualmente complejos de resolver: cómo y por qué murió el joven de 19 años. La autopsia será fundamental para esclarecer las causas.
Por ahora, el único dato que ha trascendido es que el joven no presentaba signos de violencia, tal y como ha informado el Departamento vasco de Seguridad. La Ertzaintza sigue al frente de las pesquisas, con la vista puesta en los análisis forenses definitivos, que por un lado servirán para esclarecer formalmente la identidad del fallecido y, por otro, para determinar el conjunto de circunstancias ligadas al caso.