El caso del máster fraudulento de Cristina Cifuentes ha generado un efecto dominó. En los últimos días están aflorando otras mentiras que los políticos han publicado en sus currículos. La consecuencia inmediata es que en prácticamente todos los partidos se ha desencadenado un proceso de revisión y retoque de los currículos para evitar ser señalados por sus errores, exageraciones o engaños.
Esta semana, en los pasillos del Congreso de los Diputados, electos de diferentes partidos reconocían, algunos entre risas y otros con rictus más serio, que la preocupación por este asunto se está extendiendo en los diferentes partidos. Como extendida ha estado durante años la práctica de inflar los estudios universitarios. Ahora, con el lógico escrutinio al que se ven sometidos a rebufo del caso Cifuentes, las tornas cambian para los representantes públicos.
Primero fue el caso de más impacto mediático, referente al máster de la presidenta de la Comunidad de Madrid en la Universidad Rey Juan Carlos y desvelado semanas atrás por Eldiario.es. Después, se señaló también a Pablo Casado, tanto por un máster en la misma Universidad como por otro en Harvard, pero parece que el vicesecretario del PP ha frenado el golpe con una gestión de la crisis radicalmente distinta a la de su compañera de filas.
El ventilador del PP sobre casos del pasado
Como ya contó este diario, el PP optó por encender el ventilador para señalar otras supuestas irregularidades en los currículos de sus oponentes políticos. Volvían a la actualidad asuntos como la concesión de una beca a Íñigo Errejón en la Universidad de Málaga, las dudas sobre la tesis de Pedro Sánchez en la Universidad Camilo José Cela o los litigios de Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero con la Universidad Complutense por diferentes cuestiones.
Otro señalado por el PP madrileño es el diputado de Ciudadanos Toni Cantó. Los populares han denunciado que en su ficha cuando era diputado de UPyD se recogía la condición de "pedagogo", un aspecto que ya no figura en la legislatura actual. El diputado naranja tildó de "gilipollez" este ataque y explicó que "yo he sido profesor de teatro durante años; y yo no he puesto que fuese ninguna licenciatura".
Además, este jueves, en víspera de la comparecencia de Cifuentes en la Asamblea de Madrid, trascendía que el líder del PSM, José Manuel Franco, mintió durante ocho años en su currículum, como adelantó Okdiario. En concreto, el líder de los socialistas madrileños incluyó en su ficha una licenciatura en Matemáticas que no poseía.
En esta estrategia de señalar a los oponentes ha tomado parte hasta el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que este viernes tras el Consejo de Ministros se refería a sus contrincantes tirando de refranero: "Consejos vendo y para mí no tengo".
Ya hay una dimisión
El escrutinio periodístico sobre los currículos de los diputados continúa. Así, este viernes dimitía el secretario de Organización de Podemos en Galicia y diputado autonómico, Juan José Merlos, después de que Abc desvelase que en su currículum decía que era ingeniero cuando en realidad nunca terminó los estudios de Ingeniería Industrial. También hay otro caso de la formación morada que está ya sobre la mesa. Se trata del eurodiputado y líder de Anticapitalistas Miguel Urbán, que se presentaba en el pasado como "historiador" a pesar de no haber concluido esos estudios.
Son también conocidos otros casos del pasado. La exdirigente del PSOE Elena Valenciano, hoy en el Parlamento Europeo, se presentaba antes "licenciada en Derecho y Ciencias Políticas", dos titulaciones de las que no dispone porque no acabó esas carreras. Ahora, en su ficha de la Eurocámara se dice que "tiene estudios en Derecho y Ciencias Políticas", tras lo que, según ella, fue "un error de traducción".
El listado podría ser eterno. Como también está siendo eterno para muchos asesores de políticos escudriñar las fichas de sus jefes para acometer los retoques que eviten el escándalo.