La red utilizada por José Ramón Prado Bugallo, el histórico narco conocido como Sito Miñanco que fue detenido de nuevo el pasado 6 de febrero, alardeaba de comprar a vigilantes del Aeropuerto de Barajas para garantizar la entrada y salida de sus mulas, tanto de dinero como de drogas. Por eso su sorpresa fue mayor cuando un año antes de su detención, cinco correos humanos fueron detenidos con 889.470 euros en efectivo escondidos en sus mochilas. Lo que no sabían entonces el presunto organizador del porte, el líder de una presunta red de pasadores llamado Manuel Puentes, alias El Gordo, es que los agentes de Estupefacientes y Greco de la Costa del Sol llevaban desde diciembre de 2015 siguiendo sus movimientos.
“Resulta que El Gordo le ha dicho a este señor que tiene pagada la entrada al aeropuerto de Madrid con los vigilantes y supuestamente le sacaba el dinero de Colombia con los vigilantes”. Quien así habla en una llamada intervenida en el caso es Ariadna M, una de las detenidas con la mochila cargada de dinero. Y con sus palabras hace referencia a Luis Enrique García Arango, conocido como El Viejo y considerado por los agentes la mano derecha de Miñanco. “Ten cuidado cuando hables, porque estás hablando por un teléfono que podemos tener pinchado”, le dice uno de los investigados al otro lado de la línea. Y así era.
A renglón seguido, llega el relato en primera persona de cómo se prepara una mochila con dinero oculto. Según la llamada, la red preparaba una nueva entrega para Miñanco y los suyos: “Estaba él haciendo la mochila con Santiago y lo mismo. Metiendo dinero por detrás, en la espalda y metiendo dinero en la mitad de la mochila porque lleva 80.000 euros. Entonces resulta que yo le dije, ¿vas a hacer eso así otra vez Gordo? ¿Otra vez? y ese hijo de puta me dijo: mira, que queda delgadito. Y le dije que lo mismo dijo cuando fuimos nosotros (en referencia a la intervención en el Aeropuerto de Barajas) y mira el problema”.
Según la tesis policial, el plan de los pasadores era que cinco personas sin antecedentes penales se montaran en el vuelo Avianca AV-47 y llevaran el dinero desde Madrid a los contactos de la red en Colombia. ¿El objetivo? Los agentes sospechan que Sito Miñanco quería pagar con los fondos un gran envío de coca. “Si no hubiera sido porque esas putas mochilas no tenían ese dinero en la mitad, le dije, no hubiera pasado nada porque le dijo que esas hijas de putas de maletas se cayeron por esa plata que vos metiste ahí en la mitad, porque esa puta vieja (se referiría a alguna funcionaria de Aduanas) tocó esa mitad y se empeñó en que ahí había algo y por eso fue que quiso abrir esas hijas de putas maletas. Si me haces caso y no metes nada ahí, nosotros pasamos tranquilamente”, prosigue la conversación intervenida por los agentes.
“Entonces le dije te vas a buscar un hijo de puta problema, porque es de otra cosa de la que me enteré Manu, que yo no tenía ni idea y apenas hace dos días me llegué a enterar, porque a mí sinceramente sí me extrañaba es que ese señor (en referencia al hombre de cofianza de Sito Miñanco) le diera tanto dinero al Gordo porque se cree que él tiene que ver con e! "Centro" (en referencia a la galería de tiro ubicada en la carretera de Alpedrete). Pero resulta que el "Gordo" le ha dicho a ese señor (Luís Enrique) que tiene pagada la entrada al aeropuerto de Madrid con los vigilantes y supuestamente le saca el dinero de Colombia con los vigilantes. ¿Pero cómo vas a decir si es verdad o es mentira? Pues mentira. ¿Aquí qué vigilante nos entró el dinero?”.
Según explica la investigada, la red de Sito Miñanco fue en realidad engañada en ese pase: “Porque le ha dicho al señor que supuestamente los vigilantes nos entregan a nosotros las mochilas en el duty free y que supuestamente en Bogotá los vigilantes nos reciben a nosotros las mochilas y que supuestamente los vigilantes son los que la sacan y que nosotros no pasamos ningún control”
Otros 500,000 euros
La mujer que hizo de correo muestra entonces su miedo a que los hombres de Sito tomen represalias por la pérdida del dinero. O peor aún, que intenten hacer otro pase, esta vez de medio millón de euros. “Le dije, mira, te estás buscando un hijo de puta problema y le dije, mira, le digo, lo que más me jode es que el problema no solamente te lo estás buscando vos, que es que encima nos vamos todos al hijo de puta agua, porque ese Viejo conoce aquí mi casa, conoce a mi gente, conoce a mi familia y por buscarte (ininteligible) nos vamos a meter todos en un hijo de puta problema”.
“El marrón - mantiene la investigada- lo tenemos nosotros porque seguro que si ese hijo de puta Viejo viera que tú no tienes un puto duro en este país aún no te entrega ni mierda y sí precisamente te entrega dinero es por nosotros [...] antes de irse le va a dejar 500.000 euros para que se los vaya mandando de 100 en 100” La respuesta de su interlocutor no deja lugar a dudas: “Estas cosas no debemos hablarlas por teléfono. Y más después de lo que ha pasado”.
Al otro lado de la línea, la policía tuvo también conocimiento de que el 9 de febrero del año pasado, fue la propia compañía aérea la que se puso en contacto con uno de los detenidos. El personal de tierra le explicaba que había llegado al Aeropuerto Internacional de El Dorado (Colombia) una maleta sin pasajero, a nombre de la interlocutora anterior. Fue entonces cuando los agentes españoles pidieron ayuda a la policía colombiana para que analizara la maleta, y encontraron otros 15.000 euros en efectivo localizados dentro.
Un día en Marbella
Fue en noviembre de 2015 cuando arrancó la investigación contra el histórico narco gallego. Tal es el calado de Prado Bugallo en el narcotráfico español que los agentes decidieron poner a las pesquisas el nombre en clave de Operación Mito. De hecho, fue el historial de Sito Miñanco el que llamó la atención de la Policía. Tras su salida de prisión, se suponía que el capo trabajaba de vigilante en un aparcamiento de Algeciras. Un negocio de cuatro millones de euros controlado por su histórico abogado. Sin embargo, poco antes de la Navidad de 2015, fue visto en Marbella, subido en un BMW y acompañado por un ciudadano búlgaro con un abultado historial delictivo entre los robos y el tráfico de drogas.
Fue entonces cuando saltaron las alarmas y los agentes pidieron autorización a la Audiencia Nacional para arrancar las pesquisas, de forma discreta. Tras más de dos años de investigación, 80 vigilancias sobre medio centenar de objetivos y casi cien teléfonos pinchados, los agentes lanzaron la operación y pidieron detener a 43 personas. Por el camino, confirmaron el uso de teléfonos encriptados por medio de un servidor en Holanda para blindar las comunicaciones del capo y sus lugartenientes, las medidas de seguridad de los investigados como el uso de polígonos industriales como centro de reunión para burlar la vigilancia policial y la presunta relación del histórico narco con la preparación de una fuerte entrada de cocaína en España que nunca llegó a materializarse.
Mientras, los abogados de los principales investigados analizan la causa palmo a palmo, recabando pruebas para encontrar una grieta procesal y tumbarla. Su objetivo es confirmar que la investigación, coordinada por el Juzgado de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, no estuvo bien motivada y se realizó de forma prospectiva. Es decir: violando los derechos de los investigados sin las evidencias suficientes como para justificar los seguimientos y los pinchazos telefónicos. Algo que dejaría inservible cualquier resultado para procesarles.