Los guardias civiles son "bestias que solo saben dar palos". "Animales" que parecen unos "perros rabiosos" y unos "salvajes". Quienes así hablaban sobre los agentes eran nueve profesores del Instituto de Sant Andreu de la Barca investigados por un presunto delito de odio. Según la denuncia presentada por la Fiscalía, los nueve docentes, lejos de cumplir con su obligación de educar a los menores, dedicaron la mañana del pasado 2 de octubre a humillar presuntamente a los hijos de los guardias civiles que cursaban clase en ese centro, llegando incluso a pedirles que levantaran la mano para que fueran señalados por el resto de sus compañeros.
Un día antes, los padres de los chicos fueron parte del dispositivo que, en cumplimiento de las órdenes judiciales, trató de impedir la celebración del referéndum ilegal del 1-O. Se da la circunstancia de que ese instituto linda con el cuartel de la Guardia Civil más importante de toda Cataluña en número de efectivos. Por eso es muy común que sus clases estén pobladas por hijos de agentes de campo.
Ahora, la denuncia, que según el ministerio público será instruida por el juzgado de instrucción número 3 de Martorell (Barcelona), acusa a los nueve profesores de lesionar la dignidad de las personas por motivos de discriminación por nacionalidad y a cinco de ellos también por un delito de injurias graves contra los cuerpos y fuerzas de seguridad.
"¿Quienes son hijos de Guardia Civil?"
La Fiscalía detalla que un profesor aseguró el 2 de octubre, en clase de matemáticas de cuarto de ESO, ante unos 30 alumnos, que no estaba en disposición de dar clase normal porque la Policía y la Guardia Civil le habían tratado "a palos, porque son unos animales y unos bestias que solo saben dar palos", abriendo un debate entre los alumnos sobre las cargas policiales del referéndum ilegal del 1-O. Este mismo profesor también aseguró en la siguiente clase que estaba muy triste y no tenía ganas de dar clases por la "violencia desproporcionada" ejercida por los cuerpos policiales
Una profesora de catalán aseguró que los agentes de la Guardia Civil "son unos animales, solo saben dar palos", ante lo que una alumna de 15 años rompió a llorar, aseguró que su padre no era así y pidió salir de clase porque se sentía señalada y humillada ante el resto de compañeros de aula.
Según la denuncia, otra profesora, de inglés, también condenó la "violencia" del 1-O y, tras mostrar en clase una fotografía en la que aparecían unos cincuenta agentes de la Guardia Civil, aseguró que parecían "perros rabiosos", ante lo que una alumna trató de explicar entre lágrimas que su padre estaba haciendo su trabajo.
Esta misma profesora también preguntó en clase de primero de ESO a sus 25 alumnos "¿quiénes son hijos de Guardia Civil?", con el objetivo, según la Fiscalía, de "señalarlos como hijos de Guardia Civiles, evidenciarles ante el resto de compañeros y generarles sentimientos de culpa con la consiguiente humillación, dado el ambiente hostil que se respiraba en todo el instituto al atribuir a los Guardia Civiles la condición de violentos".
Obligación de protestar
Según la Fiscalía, los docentes también "exigieron" a todos los alumnos que bajaran a las 12.00 horas al patio para protestar por la "violencia" policial durante el 1-O y para "defender la independencia".
Una profesora de Naturales avisó a los alumnos: "el que esté a favor de la violencia policial que se quede en clase y el que no, que se baje al patio", mientras otra docente, también de Naturales, se dirigió a un alumno de 12 años y le dijo en clase: "¿estarás contento con lo que hizo tu padre ayer?".
Seis de los profesores ya comparecieron ante la Fiscalía el pasado 4 de enero, en unos interrogatorios en los que los docentes alegaron que fueron los alumnos los que plantearon espontáneamente un debate sobre las cargas policiales del 1-O, tras un minuto de silencio contra la violencia.
Por el contrario, la Fiscalía subraya que los comentarios en clase de los profesores, que provocaron que varios alumnos rompieran a llorar y que sus padres les tuvieran que ir a buscar al colegio, se produjeron en el contexto de "profunda hostilidad" contra las fuerzas de seguridad protagonizado "por una parte de la sociedad catalana que defiende postulados independentistas".
Según el ministerio público, los nueve profesores rompieron con su actuación los principios rectores del sistema educativo, como son el respeto de los derechos y los deberes que se derivan de la Constitución, del Estatuto, la convivencia, la inclusión escolar y la cohesión social, así como la exclusión de cualquier tipo de proselitismo o adoctrinamiento.
En la denuncia, la Fiscalía de Delitos de Odio recalca que los docentes eran conocedores del "patente clima de rechazo social" contra la Guardia Civil y de la "gran polarización" que afectaba a la sociedad catalana por las "graves tensiones derivadas del proceso independentista", que "estaba y sigue sufriendo dicha sociedad, caracterizado por una gran agitación, fractura y enfrentamiento de carácter social".
Además, argumenta que los profesores denunciados también eran conscientes del "menoscabo moral" y de la "humillación" que sus comentarios podían comportar entre sus alumnos, muchos de ellos hijos de agentes de la Guardia Civil.