El Gobierno y el PSOE han dejado claro que apuestan por una política de apaciguamiento en Cataluña pese a las provocaciones de Torra. Además invitan a Podemos -está por ver si con éxito- a unirse al bloque constitucionalista, en el que Cs aparece como la voz discrepante por querer que se mantenga el 155. El último alegato del Gobierno en este sentido aleja más a Rivera de Rajoy.
Fuentes de la dirección de Cs han asegurado a EL ESPAÑOL que la relación entre Rivera y Rajoy sólo puede “empeorar” después de su entrevista del jueves porque “el presidente del Gobierno no quiere hacer nada, sólo quiere esperar”. La estrategia del Gobierno y del PSOE, tendiendo puentes hacia el separatismo y también hacia Podemos, no deja margen a un entendimiento entre Rajoy y Rivera en lo que refiere al problema territorial.
Quim Torra no ha parado de lanzar mensajes y hacer gestos desafiantes contra el orden constitucional y el Gobierno ha respondido a cada provocación advirtiendo de que volverá a activar un nuevo 155 si pasa de las palabras a los hechos: “Responderemos con proporcionalidad cuando se incumpla la legalidad”, era el mensaje oficial.
Largas a Rivera
Sin embargo, este viernes, apenas 24 horas después de que Mariano Rajoy diera largas a Albert Rivera, cuando el presidente de Cs le pidió mantener el control de las finanzas de la Generalitat, TV3, los Mossos y las embajadas catalanas, el discurso del Ejecutivo a propósito de la cuestión catalana ha sido sensiblemente distinto.
En la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, el ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, ha subrayado que es momento de “dialogar, sumar y no excluir”, y ha dejado clara que la disposición de Rajoy es tender puentes y no “alimentar una espiral de descalificaciones”... en el momento en que Quim Torra tenga a bien reunirse con el presidente: “Supongo que esperará a formar Gobierno para hablar”, aventuró el ministro.
La estrategia de Rajoy -de la mano de Pedro Sánchez- no se compadece del todo con la hostilidad manifiesta de Torra -que vetó a los ministros y a la prensa en su toma de posesión- y resulta incompatible e irreconciliable con la posición política de Albert Rivera. El presidente de Cs mantiene que no hay un nacionalismo moderado con el que se pueda dialogar, que el Estado debería tener capacidad de respuesta antes de que se vulneren las leyes. puesto que la voluntad expresa del presidente de la Generalitat es construir la república catalana, y que no hay que perder tiempo en aplicar un nuevo 155.
¿Un 155 preventivo es legal?
Existen diferencias de criterio sobre el encaje legal de un 155 preventivo. Gobierno y PP mantienen que el Constitucional lo tumbaría si la Generalitat o alguna entidad separatista recurren, mientras que Rivera ha subrayado que su aplicación “está tasada” en la Carta Magna. Rivera ha dicho a Rajoy que tome la iniciativa y deje de escudarse en los jueces porque el 155 es una “medida política”, a lo que Gobierno y PSOE contestan que no abandone la “unidad de acción”. Así, Méndez de Vigo llamó a la "madurez" de los partidos constitucionalistas, en clara alusión a Rivera, mientras que Pedro Sánchez le pedía "más moderación" y menos "atolondramiento".
La invitación del PP a Podemos es otro elemento de fricción. Rivera ya dijo que la incorporación de Pablo Iglesias a la terna “sólo garantiza que el 155 no se va a aplicar” porque Podemos está con Colau, que defendió el 1-O.