Apenas 48 horas después de haber garantizado a Mariano Rajoy que podría agotar la legislatura -al votar sí a los Presupuestos de 2018-, Ciudadanos ha pedido "la convocatoria de elecciones porque la legislatura está liquidada por la corrupción del PP".
Rivera secundó la rueda de prensa de Villegas a través de un tuit en el que deja clara la apuesta de Cs por una "moción instrumental". Pero que no despeja una cuestión fundamental. Si la Constitución en su artículo 115 impide convocar elecciones una vez hay registrada una moción de censura, la única posibilidad de que la moción del PSOE se convierta en "instrumental" es que el candidato propuesto por el PSOE -pactado no con otros grupos- se comprometa a sacar las urnas nada más ser investido presidente. El problema es que Cs no quiere de ningún modo votar junto al PSOE para no perder su base electoral -de centro derecha- y en esta tesitura es donde empieza el contorsionismo.
La noticia la dio José Manuel Villegas desde Valencia, horas después del ingreso de Eduardo Zaplana en la prisión de Picassent. La rueda de prensa estaba convocada para las once, pero la aparición del secretario general de Cs demoró una hora.
Villegas explicó que la corrupción "está asfixiando la política en España" y "agravando la convivencia democrática". Con este golpe de efecto, Cs se cubre la espalda para justificar su rechazo a priori a la moción presentada por el PSOE. En este sentido, Villegas, dio por sentado que el PSOE "está buscando el apoyo de los separatistas y populistas y ahí no vamos a estar nosotros".
Por eso, Cs dice que se opone a esa moción, y que su idea es presentar una propia "de carácter instrumental" si Rajoy no disuelve las Cortes: preguntado por los periodistas sobre la imposibilidad legal de convocar elecciones una vez se ha presentado una moción de censura, Villegas instó a Sánchez -a quien llegó a tildar de "oportunista"- a "retirarla".
El número dos de Cs advirtió de que Rajoy no podrá "esconderse ya más" porque "la corrupción no deja al Gobierno capacidad para resolver los problemas de este país".
La condena del primer juicio de caso Gürtel, que acredita que el PP tenía una contabilidad B nutrida de fondos de la corrupción y que Rajoy mintió, ha marcado un punto de inflexión en la legislatura. Albert Rivera ya dijo este jueves que el fallo de la Audiencia Nacional marcaba un "antes y un después" en su relación con el PP.
En principio, Cs había fijado para el 11 de junio la concreción de los términos de esa nueva relación con el partido del Gobierno, pero la moción de censura registrada a primera hora de este viernes por el PSOE ha precipitado los acontecimientos.
El PSOE pretende colocar a Cs en la tesitura de apoyar su moción a Rajoy o hacer de salvavidas del Gobierno, lo que deslegitimaría ante la opinión pública su discurso contra la corrupción. Además, tampoco tenía demasiado margen una vez Pablo Iglesias había anunciado su apuesta por reintentar una moción.
Cs ha demostrado en otras ocasiones -casos de Murcia con Pedro Antonio Sánchez o Madrid con Cristina Cifuentes- que no le tiembla el pulso a la hora de poner al PP ante la disyuntiva de jubilar a un presidente o dejar caer al Gobierno. Pero en esta ocasión el órdago era a la grande. El PP ha acusado a la oposición de "sobreactuar", pero lo cierto es que la condena de Gürtel y la entrada en la cárcel de Zaplana han dejado en shock a un partido noqueado por la corrupción.