La Comunidad de Madrid va a ofrecer a todos los empleados de Metro la posibilidad de someterse voluntariamente a un reconocimiento médico para descartar cualquier problema de salud relacionado con la presencia de amianto en las instalaciones del suburbano.
Así lo han acordado este jueves la dirección de Metro y los sindicatos durante la reunión de la Comisión de Seguimiento y ejecución de la estrategia de acción para la gestión del amianto, ha informado el suburbano.
Este acuerdo, que permite a toda la plantilla acceder a las pruebas si así lo desean, se une a la reciente decisión de ampliar el número de trabajadores sujetos a la Vigilancia Específica Sanitaria a cerca de 1.000 empleados, frente a los 470 previstos inicialmente.
Se han incluido, además de los trabajadores adscritos al mantenimiento de material móvil que ya estaban en este grupo, otros colectivos como el de escaleras mecánicas, obras o señales, entre otros. Hasta el momento, más de 390 empleados ya han llevado a cabo las pruebas médicas.
En los próximos días, la Dirección comunicará las condiciones en las que todos los trabajadores en activo de la empresa, que no estén sujetos al citado procedimiento de Vigilancia de la Salud específica para el amianto en la que están incluidos los cerca de 1.000 trabajadores antes citados, podrán solicitar también, si lo desean, la realización de pruebas específicas.
Estas pruebas son adicionales a las que se vienen realizando habitualmente en el reconocimiento médico anual previsto en el convenio colectivo) y tienen como objetivo "dar respuesta a situaciones de inquietud y preocupación que se han manifestado entre los trabajadores, a raíz de los casos de enfermedad profesional que se han declarado recientemente".
Será una medida más que pone en marcha Metro de Madrid en coordinación con UGT, Solidaridad Obrera, Sindicato Libre y Sindicato de Técnicos en el marco de la Comisión de Seguimiento y ejecución de la estrategia de acción para la gestión del amianto.
A través de esta Comisión también se ha planificado una inversión de 140 millones de euros para el desamiantado de la red y del material móvil. Hasta el momento, ya se está trabajando en la retirada de algunas piezas presentes en los modelos más antiguos de trenes y a lo largo de este verano comenzarán los trabajos de eliminación de este material en varias estaciones de Metro.
Metro asegura que está llevando a cabo todas estas acciones con el ánimo de aportar "mayor seguridad" a los trabajadores de la compañía, si bien, recuerda que "no existe riesgo de exposición al amianto ni por parte de los empleados ni por parte de los usuarios de la red".