El médico David Beversluis a bordo del buque 'Aquarius' ha asegurado que ninguno de los 106 migrantes y refugiados que actualmente van a bordo está en una situación médica complicada, aunque el oleaje les está provocando mareos, nauseas y vómitos.
"El oleaje está empeorando y las personas están sufriendo mareos, vómitos y tienen nauseas", ha subrayado Beversluis en declaraciones recogida por Europa Press. Él es del equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF), ONG que junto a SOS Mediterranée gestionó el rescate de 630 personas en aguas del Mediterráneo durante el fin de semana. Tras el rechazo de Italia y Malta a que desembarcara en sus puertos, España le ofreció el de València.
El médico insiste en que el viaje a España "no es la mejor opción". "Agradecemos el gesto, pero no es la mejor opción. La mejor opción habría sido desembarcar a la gente en un puerto más cercano", ha incidido. "Estas personas son peones en un juego político. Deben ser tratadas con respeto y dignidad", ha dicho.
Para poder emprender el viaje hacia España, 500 migrantes han sido transferidos a dos barcos de rescate italianos. En su camino, este miércoles se ha detenido temporalmente en Sicilia para recibir un nuevo suministro de un buque de la Guardia Costera italiana para poder recorrer el "largo" camino hacia Valencia, ha informado la ONG francesa en su cuenta de Twitter.
El médico ha aseverado que la situación en el barco es "estable y tranquila" y ha precisado que actualmente van a bordo diez niños, 45 hombres y 51 mujeres. En cualquier caso, sostiene que cuentan con material médico y personal "suficiente" para atender a los pacientes.
"Hay gente muy cansada, pero con agua y comida suficiente no deberían surgir problemas. Además, hoy todos han podido ducharse y cambiarse de ropa", ha declarado, destacando que cuentan con un suministro adicional de zapatos, calcetines y ropa para todo el mundo.
Reunión de Calvo y Puig
Este jueves está previsto que la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, viaje a Valencia para reunirse con el president de la Generalitat, Ximo Puig, para analizar todos los aspectos relativos al desembarco de los 630 refugiados.
Las tres embarcaciones viajan hacia tierras españolas en una travesía que se espera complicada por el mal tiempo, ya que se prevé lluvia y olas de hasta cuatro metros, según la cofundadora y directora de SOS Méditerranée, Sophie Beau, quien ha alertado de que el trayecto podría prolongarse más si empeoran las condiciones meteorológicas.
En el Aquarius, que inició su viaje el martes a las 21.00 de la noche, viajan 51 mujeres, 45 hombres y 10 niños, mientras que los 524 refugiados restantes están repartidos en la nave Orione de la Marina italiana y en el Dattilo de los guardacostas.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha anunciado que la Armada escoltará a la flotilla en cuanto entren en aguas españolas y ha señalado que el Gobierno de España ha actuado ante un problema en el que no se puede permanecer "de perfil" y "ha hecho lo que tenía que hacer en el marco del derecho internacional".
Por su parte, el president de la Generalitat, Ximo Puig, ha afirmado que el gesto de la Comunidad valenciana y el Gobierno español de acoger a los inmigrantes del Aquarius "puede ser un revulsivo" para que desparezcan "los xenófobos y los vientos de fanatismo" de algunos gobiernos europeos y ha pedido a Italia y a Europa "que cumplan con la legalidad".
El director de Amnistía Internacional en España, Esteban Beltrán, defiende que la acogida del Aquarius es "una medida valiente", aunque ha alertado de que, "cuando lleguen a España, esas personas tendrán una tranquilidad de seis u ocho meses, pero, si no se reforma el sistema de asilo, tras ese periodo probablemente se enfrentarán a la indigencia".