La oleada de violaciones cometidas en Lugo puso en alerta a las autoridades y a los vecinos a finales de 2016. En menos de un mes se registraron tres casos de agresiones sexuales. Las descripciones apuntaban siempre al mismo individuo: un joven de ojos claros y pelo rubio que medía, aproximadamente, 1,80 metros. Se le conoció como el violador de los portales. Tras una intensa investigación, agentes de la Policía Nacional han logrado capturarlo en la localidad alicantina de Benidorm.
Las violaciones se produjeron siempre en el mismo entorno de viviendas, en el barrio lucense de Augas Férreas. Las pesquisas de los investigadores arrancaron con la recogida de restos biológicos del violador.
La forma de proceder del delincuente siempre era la misma. Abordaba a sus víctimas cuando accedían a los portales de su vivienda. Lo hacía por la espalda y bajo fuertes amenazas. Una primera mujer denunció la agresión sexual, y en los días posteriores se registraron otras dos denuncias similares. Todo ocurrió en menos de un mes.
Las descripciones que ofrecieron las víctimas fueron fundamentales para realizar un retrato robot del violador, apuntan fuentes policiales. Los hechos trascendieron a los medios de comunicación, que alertaron de la presencia de un agresor sexual en la zona.
El delincuente optó por abandonar la ciudad y ocultarse en la costa alicantina. Concretamente, en Benidorm.
El delincuente fue capturado tras intentar grabar a una persona desnuda en Benidorm, señalan a EL ESPAÑOL fuentes próximas a la investigación. Desde la Policía apuntan a que el violador, un joven de 26 años, fue identificado gracias a un arresto ajeno a las indagaciones, donde se le tomaron muestras de ADN.
Las pruebas fueron cotejadas con la base de datos del Cuerpo, coincidiendo con los restos biológicos recogidos en los portales de Vigo. Los agentes procedieron a su detención.