"Hizo amenazas sobre mi vida y la de mis hijos". Así resumió la empresaria Corinna zu Sayn-Wittgenstein (CSW) la conversación que mantuvo, según su versión, con el máximo responsable del servicio secreto español, Félix Sanz Roldán, en el hotel Connaught de Londres.
El encuentro entre el máximo responsable del CNI y la consultora de origen alemán-danés se produjo en el verano de 2012 en una de las habitaciones del lujoso hotel, lejos de miradas extrañas. Y según la versión que se filtró del encuentro, transcurrió dentro de unos márgenes de exquisita cordialidad.
Sin embargo, el testimonio ofrecido por la consultora germana al comisario José Villarejo en 2015, dista mucho de esa imagen. CSW aseguró en la conversación mantenida entre ambos que el hombre que lidera el CNI la habría amenazado de muerte. Tanto a ella como a sus hijos. Y que el servicio de inteligencia español montó dos operaciones para hacerse con la documentación que pudiera guardar tras años de relación discreta con Juan Carlos I: una en Londres, con mercenarios de por medio, y otra en Mónaco. De esta segunda, tendrían pruebas los equipos de seguridad del príncipe Alberto de Mónaco, con el que CSW trabaja como asesora y persona de confianza.
Por su parte, el máximo responsable del servicio secreto español ha negado siempre en privado que amenazara a la empresaria alemana, o que la cita con ella en Londres, a la que asegura que asistió a título particular, transcurriera fuera de la normalidad. Además, la institución niega cualquier operación para recuperar documentación alguna en poder de CSW, al contrario de lo expresado a Villarejo por la asesora germana de Alberto de Mónaco.
Cintas en poder de la seguridad monegasca
Las presuntas revelaciones sobre el CNI arrancan cuando el comisario Villarejo, en prisión preventiva desde hace ocho meses por orden de la Audiencia Nacional, le presenta una serie de documentos. Papeles que CSW reconoce como los que fueron presuntamente sustraídos de su casa. Algo en lo que ella señala directamente al CNI: "Eso ha sido muy claro porque ha sido el propio servicio el que me ha quitado esos papeles de la oficina en Mónaco en 2012. Y sabían perfectamente que no había nada ilegal en ellos", explica.
"Han sido como tres semanas... como un secuestro. Tres semanas en Mónaco, en mi oficina, en mi casa, con todas las chicas que trabajan allí. Yo no he hecho nada para notificar al príncipe (Alberto de Mónaco) que es amigo mío desde hace 30 años. Han hecho una alerta a los concierge y se han quedado pruebas bastante grandes en el Ministerio del Interior de Mónaco", relata CSW sobre la existencia de imágenes de las presuntas operaciones para sustraer documentos.
"Han subcontratado a una agencia que se llama Algiss (?) pero han venido incluso del CNI de España para entrar en los ordenadores. Lo han hecho delante de Victoria, que es mi asistente y que trabajaba en el palacio antes. Eso ha sido en mi opinión dos cosas: totalmente ilegal, y segundo 'it's crazy' (una locura)".
Las palabras de Sanz Roldán
Pese a las palabras de la empresaria alemana, no consta que presentara denuncia alguna, en España, Londes o Mónaco, sobre una presunta intrusión en sus comunicaciones o en su vivienda.
El 19 de marzo de 2013 Sanz Roldán tuvo que acudir a la Cámara Baja para dar explicaciones sobre la "amiga entrañable" de Juan Carlos I. En su comparecencia, el general mantuvo que el servicio secreto no había tenido relación alguna con CSW, que nunca había sido escoltada por personal del centro y que no había solicitado pago alguno o recibido dinero de la mano de la institución que dirige.
La presencia de Sanz Roldán fue requerida tras la publicación de una entrevista en el diario El Mundo en febrero de 2013. En ella, la aristócrata mantenía que había realizado "servicios delicados y discretos" para el servicio secreto español. Algo que Sanz Roldán negó en el Congreso.
Sin embargo, ambos eran ya viejos conocidos, ya que en el verano de 2012, se encontraron en el hotel Connaught de Londres, donde la empresaria residía mientras hacía una reforma en su vivienda de la capital inglesa. En la entrevista al diario El Mundo meses después, aseguró que el responsable del CNI le había transmitido que "sobre sus hombros tenía la responsabilidad de 45 millones de españoles".
Sin embargo, en la conversación con Villarejo, la consultora va mucho más allá y mantiene que Juan Carlos I era conocedor de las presuntas amenazas y presiones a las que fue sometida su expareja.
Una cita troncal en la guerra con Villarejo
La visita de Félix San Roldán a CSW en 2012 y el presunto contenido de su encuentro se convirtió en arma arrojadiza en la guerra que desde 2014 enfrenta a Villarejo, que trabajaba adscrito a la dirección de la Policía, con el director del Centro Nacional de Inteligencia. Una batalla de presiones y desinformación por ambos bandos que se refleja en las siguiente frase del comisario, en relación al encuentro entre la empresaria y el general Sanz Roldán en Londres: "que pena que no le grabaras. Vamos a decir que le grabaste".
El punto álgido de este desencuentro llegó con la entrevista que Villarejo concedió al periodista Jordi Évole. Allí señaló directamente a Sanz Roldán, al que descalificó de manera directa por su gestión en el 'caso Corinna'. En esas mismas fechas, el mando policial concedió varias entrevistas en las que mantenía que el máximo responsable del servicio secreto había amenazado a la empresaria alemana.
Ahora, a falta de concretar esas acusaciones, queda confirmado al menos que no fueron inventadas por el comisario, si no vertidas por la presunta víctima.