La titular del Juzgado de Instrucción Número 8 de Valencia, que investiga la Operación Erial que ha llevado a la detención e ingreso en prisión del expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana, ha rechazado por tercera vez la petición de puesta en libertad de la defensa del exministro de Trabajo al considerar que se basa en un "escenario falso": "como si estuviéramos hablando de una cárcel del medievo, con los presos hacinados, sin controles sanitarios...", señala.
Así figura en un auto fechado este pasado lunes, al que ha tenido acceso Europa Press, en el que la magistrada vuelve a rechazar la salida de Zaplana de la cárcel de Picassent (Valencia), en la que se encuentra en prisión preventiva desde su detención por presuntos delitos de blanqueo de capitales, malversación y prevaricación en el marco de la Operación Erial. Ante esta decisión cabe recurso en un plazo máximo de cinco días.
La titular del Juzgado de Instrucción Número 8 de la capital valenciana dice en primer lugar que "sorprende" que "frente a la confidencialidad que ha solicitado reiteradamente la representación del investigado" sobre los informes médicos aportados a la causa, la instructora se haya enterado del contenido del último escrito "a través de las noticias de una cadena televisiva", unos días antes de que llegara al juzgado.
Informe médico
Sobre las conclusiones del informe médico aportado por la defensa de Zaplana para sostener su petición de puesta en libertad, la jueza señala que su diagnóstico se trata de "un futurible que no tiene por qué suceder", dado que ya "hace años" de la última operación relacionada con la enfermedad que padece el expresidente y hasta ahora Zaplana "ha llevado una vida totalmente normal, de lo que nos alegramos, viajando, acudiendo a lugares públicos, dando conferencias, etc.", comenta la magistrada.
"Escenarios de la vida cotidiana donde, dada la multitud de personas y la falta de control de las mismas, el riesgo de contraer cualquier tipo de virus o enfermedad es mucho mayor que en el entorno de una enfermería con un equipo que controla diariamente el estado de salud del preso preventivo, y que le suministra los medicamentos y la alimentación que le está prescrita en su tratamiento y que lo lleva a sus controles programados y ante la mínima duda lo traslada al Centro Hospitalario, no habiéndose en ninguna de las ocasiones acordado su ingreso hospitalario", recoge el auto.
Por ello, la magistrada determina que "se está partiendo de un escenario falso, como si estuviéramos hablando de una cárcel del medievo, con los presos hacinados, sin controles sanitarios... dándose a entender que se encuentra en un ambiente totalmente hostil para su salud, lo que no es cierto".
En esta línea, añade: "Si un enfermo del corazón si sufre un nuevo infarto de corazón existe la probabilidad de que pueda morir, si un trasplantado de médula recae, existe la probabilidad de que pueda morir, son probabilidades, lo están diciendo en su informe, pero si recae no lo será por estar privado de libertad en una enfermería, sino por otras causas ajenas a dicha situación, no siendo un riesgo su estancia en dicho centro penitenciario".
Como tampoco lo ha sido -continúa- "la vida que ha estado llevando [Zaplana] tras su operación y hasta el momento de su detención, pues de haber sido así no habría salido de su casa, y hubiera permanecido en la misma, sin salir, lo que no ha hecho, como ha quedado acreditado durante la instrucción".
Por estas razones, la instructora de la Operación Erial rechaza de nuevo la puesta en libertad del exministro, así como la adopción de ninguna otra medida alternativa. Además, también se opone a la petición de la defensa de Zaplana sobre la emisión de un nuevo informe médico-forense externo al servicio médico de la prisión de Picassent, ya que son estos profesionales quienes "llevan el seguimiento" de su estado de salud.