Este jueves alrededor de 600 migrantes subsaharianos consiguieron saltar la valla de Marruecos con Ceuta y llegar a España. Es la mayor entrada por tierra en lo que llevamos de año. De hecho, a lo largo de todo el 2018 se registró un número inferior al salto de hoy; 571 personas consiguieron librar la frontera escondidas en coches, en los bajos de los camiones o al despiste librando los controles policiales.
Además, un mayor número de migrantes está arribando a las costas españolas diariamente desde la llegada al Gobierno de Pedro Sánchez, y el anuncio de una nueva política migratoria. El mar es la principal vía de entrada. La misma madrugada del salto a la valla; fueron rescatados 232 migrantes de 19 embarcaciones en El Estrecho.
A las 6:30 hora española 800 personas consiguieron subirse a la valla. Poco después, esta periodista de EL ESPAÑOL recibió un mensaje de un migrante desde Tánger: “Boza free! (Victoria). Inchallah (si Dios quiere) todos nosotros pasaremos en 2018”.
Marruecos/Tánger, ‘La sala de espera’
Este joven es una de los miles de personas que se reúnen en el norte de Marruecos cerca de las fronteras con la mirada puesta en Europa y con la esperanza de que la izquierda española sea más permisiva con los africanos. “La sala de espera”, denominan a los pisos patera o a los bosques donde sobreviven hasta dar el salto o montar en una embarcación.
Suben desde los campamentos de las ciudades grandes en Marruecos para encontrar la oportunidad de entrar porque es verano y hace mejor tiempo, España tiene un nuevo Gobierno más concienciado con la migración, y Marruecos tiene menos control policial.
Cuando les preguntas por qué este año están entrando muchos más freres (hermanos) a España, no dudan en contestar que “la policía marroquí nos está dejando pasar”. Esa es la idea que tiene les voyageurs -viajeros-, los africanos que han pasado varios países hasta llegar a 14 kilómetros de España. El nuevo Gobierno del PSOE ha creado una esperanza cuando anunció pocos días después de la llegada al gobierno una nueva política migratoria.
Marruecos muestra su poder en la frontera
Rabat quiere hacer notar el papel que juega en las fronteras entre África y Europa ante el nuevo Ejecutivo español. No le ha gustado que Pedro Sánchez anunciara unilateralmente la retirada de las concertinas de las ciudades autónomas españolas. Para Marruecos la frontera con España y Europa está en El Estrecho de Gibraltar. Nunca ha reconocido los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla, que considera “ciudades ocupadas”.
A tratar el asunto viajó el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, a Rabat en el mes de junio. A la salida de una reunión con su homólogo marroquí, fue muy explícito y repitió en dos ocasiones a los medios que “las fronteras son cosas de dos países y que quitarán las concertinas, pero con medias alternativas que garanticen el mismo nivel de seguridad”. También matizó que Marruecos y España son “dos países comprometidos en el control de los flujos migratorios y nosotros, evidente y razonablemente, vamos a garantizar en todo momento el mismo nivel de seguridad en las fronteras”.
Ese mismo día, 28 de junio, se celebró en Bruselas la Cumbre Europea sobre Migración. Y desde Rabat, unos y otros, los ministros españoles y los ministros marroquíes, estaban expectantes del resultado de la propuesta central del plan comunitario en cuanto a migración: los campos de acogida para los migrantes expulsados de Europa o rescatados en el Mediterráneo mientras se procesan sus peticiones de asilo.
“Soluciones fáciles” y “mecanismos contraproducentes”, sostuvo el ministro de Exteriores Nasser Bourita. Dejó clara su negativa a acoger los centros de internamiento de migrantes porque “Marruecos siempre ha rechazado este tipo de métodos para gestionar el problemas de los flujos migratorios”.
La misma política que el PP
A pesar del compromiso de Sánchez de terminar con las devoluciones en caliente, ateniéndose a la legislación internacional que las considera irregulares, las fuerzas de seguridad no habrían recibido ninguna orden al respecto. La Guardia Civil reprimió el salto durante una hora como lo venía haciendo con el gobierno del Partido Popular. Además, expulsó a Marruecos a los migrantes que detuvo en la valla, alrededor de 200, tras ser atendidos por la Cruz Roja.
Al mismo tiempo, la ONG Caminando Fronteras denunció que más de 300 migrantes rescatados por la Marina marroquí en El Estrecho fueron trasladados al sur del país la misma jornada. Igual destino les espera a los 200 migrantes que no consiguieron saltar la valla. Después de declarar en la comisaría, serán enviados a las zonas desérticas. Así Marruecos estaría alejando alrededor de 500 personas de la frontera en un mismo día. En una semana, cuando reúnan algo de dinero, cogerán buses y trenes de vuelta al norte del país para seguir intentando llegar a la Europa soñada.
En Marruecos siguen recalando miles de personas que llegan a través de Argelia tras el cierre de la ruta por Libia. Esto ya lo mencionó el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell: “Es de prever que aumenten las entradas porque la vía Libia está más cerrada”.
Las autoridades marroquíes presumen de haber convertido el país de tránsito en un país de acogida con dos procesos de regularización en 2014 y 2016. Sin embargo, los migrantes se quejan de “racismo” y siguen soñando con vivir en Europa.
El PSOE tiene pendiente con Marruecos otros asuntos que en ocasiones anteriores también han hecho enfadar al país magrebí, y abrir sus fronteras a la migración, como es el acuerdo de Pesca, suscrito en papel por Marruecos y la Unión Europea esta semana, pero que ahora tiene que ser ratificado en los parlamentos. Por el momento, el ministerio de Agricultura y Pesca prepara las subvenciones para los pescadores españoles que faenan en aguas atlánticas porque al menos hasta noviembre no pescarán en Marruecos.