El portavoz de la Asociación de Jueces Francisco de Vitoria, Raimundo Prado, ha condenado el acto de intimidación que ha sufrido el juez Pablo Llarena en un restaurante de Palafrugell, Gerona, al que fue a cenar con un grupo de 20 personas. Los gritos e insultos de partidarios del independentismo contra el magistrado del Tribunal Supremo, encargado de la causa del referéndum ilegal del 1-O, provocaron que éste tuviera que abandonar el establecimiento.
"Cualquier ataque contra las instituciones de derecho es un hecho muy grave, que demuestra la falta de educación y de coherencia de determinadas personas y que ataca a la Constitución y a un poder del Estado que representa los valores de defensa de todos lo ciudadanos", ha explicado Prado en unas declaraciones a EL ESPAÑOL.
Según el portavoz de los magistrados, este tipo de actitudes, "son propias de regímenes totalitarios, y de personas que creen que tiene la razón y que quieren señalar a ciertas personas para censurarlas".
"Cuando una resolución gusta, se celebra y si no, se va contra el juez, pero no nos van a amedrentar. Somos profesionales y seguiremos haciendo lo que debemos", ha añadido.
Por otro lado, Prado ha querido recalcar que estos actos intimidatorios son denunciables y que si el afectado considera que se ha cometido algún delito, es libre de tomar las medidas oportunas para que la Justicia actúe.
La APM, también contra el acoso
En una publicación en su perfil de Twitter, la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) critica con un mensaje irónico la persecución a la que se enfrenta el juez del Supremo.
"Atacar al discrepante y acosar a jueces y magistrados. Muy democrático todo, sí."