Los Mossos d'Esquadra investigan ya el escrache sufrido por el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena en Gerona para determinar si el episodio revistió o no de posibles delitos penales. Según han confirmado a EL ESPAÑOL fuentes de la Fiscalía catalana, la acusación pública espera ahora las conclusiones de la policía autonómica para decidir si interpone o no una denuncia penal al respecto.
El pasado 28 de julio, el magistrado que instruye en el Supremo la causa contra los exconsejeros catalanes acusados de presuntos delitos de rebelión acudió a una cena con una veintena de personas en la localidad de Palafrugell. El juez abandonó el lugar en compañía de su mujer, la magistrada Gemma Espinosa, directora de la Escuela Judicial, a bordo de su vehículo, tras el acoso de un grupo de personas.
"Venían de cacería contra Llarena. Algunos de los CDR iban con medio cuerpo fuera de la ventanilla. Nos buscaban como a alimañas", describieron algunos de los asistentes a la cena, como adelantó EL ESPAÑOL. Porque la información de que el magistrado estaba cenando en un restaurante del Ampurdán fue difundida, entre otras cuentas de Twitter, por la del CDR [Comité de Defensa de la República] de Palafrugell: "Tenemos al enemigo en casa", afirmaron.
Ese mismo día se celebraba en la localidad de Palafrugell un acto en homenaje al expresidente de la ANC y líder de JxCat, Jordi Sánchez, en prisión tras los acontecimientos del pasado 1 de octubre.
La Fiscalía podría haber solicitado a los Mossos que investigasen el escrache al juez Llarena y a su mujer, pero fue el propio Cuerpo autonómico el que tomó la iniciativa de las pesquisas. Los agentes remitirán un informe a la propia Fiscalía en el que plasmarán sus conclusiones.
"No le faltó protección en ningún momento", señaló recientemente la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, en declaraciones a este diario.
Los actos contra Llarena
El juez del Tribunal Supremo y su mujer viven con escolta tras las amenazas recibidas. La vivienda que el matrimonio tiene en la localidad de Das amaneció el pasado mes de marzo con pintadas en las que llamaban "fascista" al juez y pedían que se marchase de Cataluña. Días más tarde, carteles contra el magistrado empapelaban las calles de la localidad.
"Ahora tenemos escolta y protección", admitió Gemma Espinosa, la esposa del juez Llarena, en una entrevista en COPE. El propio magistrado añadiría: "Tengo que ir con cuatro escoltas, me miran siete veces en cada esquina".
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