"¡Basta ya!". Así de contundente se ha mostrado Albert Rivera en su cuenta personal de Twitter tras la publicación en varios medios catalanes de una carta abierta de Quim Torra titulada Como un solo pueblo contra el fascismo. Un escrito en el que el presidente de la Generalitat lleva al límite sus acusaciones contra aquellos que retiran símbolos de las calles de Cataluña, contra aquellos que retiran los lazos amarillos. Una misiva convertida en amenaza por el conseller de Interior del Govern -podrían sancionar con multas de hasta 600.000 euros- ante la que el líder de Ciudadanos no se amedrenta.
Inés Arrimadas ha sufrido tantos desprecios en las calles de la misma Cataluña que la votó de forma masiva para ganar las últimas elecciones a la presidencia de la Generalitat que decenas de mujeres, intelectuales y artistas, se unieron para publicar un manifiesto en el que únicamente se pide que la número uno de Cs en Cataluña pueda hacer su trabajo sin que la llamasen puta. De hecho, el secesionismo llegó a probar la estrategia contraria, la de ignorarla en las calles para argumentar que era ella quien provocaba la catarata de insultos.
Es más, el juez Pablo Llarena tuvo que abandonar a toda velocidad su cena en un restaurante de Gerona la noche del pasado sábado cuando varios miembros de los denominados CDR le reconocieron y comenzaron un escrache que los propios Mossos d'Esquadra están investigando y por el que ya hay una persona detenida por su implicación.
Ejemplos de 'civismo indepe' a los que Torra no ha hecho la más mínima referencia en su carta. Si ha mencionado, sin embargo, a esos "grupos de individuos agresivos que han querido atemorizar a los activistas por la libertad de los presos políticos y el retorno de los exiliados" y por eso insta a la policía autonómica a "hacer su trabajo" y a crear un "cordón sanitario" porque "es evidente que el Estado español no ha hecho limpieza de este magma fascista y que la transición no hizo un corte limpio con el pasado".
Una carta que ha encontrado cumplida respuesta por parte del líder de Ciudadanos. Y no sólo por las acusaciones de fascismo a quienes retiran lazos amarillos. "Considerar bestias taradas a la mayoría de los catalanes y al resto de español es fascismo; violar el Estatut y la Constitución para declarar la secesión es fascismo; apoyar la violencia de los comandos separatistas es fascismo". Así de contundente se ha mostrado Rivera, quien ha gritado "¡Basta ya!" y ha recordado que su partido y todos sus militantes no van "a permitir que los símbolos separatistas ocupen de manera ilegal el espacio público. #sondetodos".
Se refiere Rivera a la amenaza de Miquel Buch, conseller de Interior de la Generalitat, de sancionar con multas desde 30.000 hasta 600.000 euros a quienes realicen ataques contra la libertad ideológica y política en Cataluña. Una realidad, según Buch, que se ha producido después de que Cataluña "haya querido decidir sobre su futuro y haya sido agredida por el Gobierno y por estamentos del Estado español".
Circunstancialmente, el anuncio del conseller se produjo también pocos días después de que Cs realizará un llamamiento a sus militantes para retirar símbolos independentistas.