La decisión de los gobiernos valenciano y navarro de implantar la asignatura de Religión islámica en una decena de centros públicos a partir del próximo curso ha generado un encendido debate entre el PSOE y el PP en Valencia, y entre EH Bildu y el PP-N en Navarra.
En la Comunidad Valenciana, el asunto ha movilizado a los padres de alumnos, como los del colegio público Virgen de Gracia de la localidad castellonense de Altura. Padres y madres se manifestaron el pasado martes con lemas como "Imposición no".
La nueva asignatura de Religión islámica, evaluable como la de Religión católica, ya se oferta en diferentes comunidades como Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla y León, País Vasco y Madrid, además de Ceuta y Melilla. Durante el próximo curso 2018-2019 se implantará también como experiencia "piloto" en la Comunidad Valenciana, Navarra, Extremadura y La Rioja, aunque en estas dos últimas no ha suscitado por ahora tanta polémica.
En cuanto a la aceptación que tendrá la asignatura, un informe de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE) ha cifrado en 308.767 alumnos musulmanes los potenciales destinatarios de la asignatura de religión islámica en el territorio nacional.
Denuncian la creación de 'ghettos'
El PP valenciano se opone a la impartición de esta asignatura por cuatro razones. En primer lugar, acusa al presidente Ximo Puig de "falta de diálogo". Consideran los populares que una medida "tan importante" que afecta a la escolarización de los niños "no puede" tomarse "sin consensuarla antes con el resto de partidos ni con la comunidad escolar". Todavía ven más imprudente "que no se haya dialogado con las familias antes de tomar decisiones".
"No puede ser que en un municipio donde se convivía de forma pacífica [en referencia a la polémica creada en Altura] ahora exista un conflicto", comenta Beatriz Gascó, diputada valenciana del PP. "Lo están haciendo mal y deberían reflexionar", cuenta.
Los populares acusan también a Puig de "no respetar los tiempos". "Las familias no pueden enterarse ahora de que se va a implantar el Islam en el colegio de sus hijos". También reprochan al Gobierno valenciano "no haber dado opción a estos padres a cambiar a sus hijos de centro". Gascó dice que los socialistas quieren "convertir" estos colegios en "centros de referencia islámica" y asegura que no han avisado antes de esta medida "por tener miedo a que las familias salgan a la calle", que es lo que finalmente ha pasado.
Gascó cree que si hay alumnos con los que se quiere tener una atención "especial", debería comprometerse a todo el territorio; sin embargo, al elegirse sólo unos pocos centros, considera que existe el riesgo de "generar un ghetto en determinados colegios". Por ello pide al consejero de Educación, Vicent Marzà, de Compromías, que explique a la sociedad "porqué en unos colegios se impartirá la asignatura y en otros no".
Eliminar la Religión católica
En Navarra, otra de las comunidades en las que se va a implantar la asignatura en el nuevo curso, el tema tampoco ha estado exento de polémica. El PP de la comunidad foral considera "incoherente" que "el mismo Gobierno regional que quiere quitar por todos los medios la asignatura de Religión católica, se empeña en ofrecer en los centros públicos la asignatura de Religión islámica".
Consideran que la intención del Uxue Barkos es "eliminar la Religión católica" cuando "debería garantizarla", ya que según el último estudio de educación en la comunidad, más del 50% de los alumnos navarros la eligen como optativa.
La polémica se ha recrudecido después de que la ministra de Educación, Isabel Celaá, anunciase a mediados de julio que el Gobierno derogará de forma "urgente" varios artículos de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) y que la asignatura de Religión dejará de ser "computable con efectos académicos".
Celaá aseguró que la materia no tendrá "ninguna alternativa", y confirmó la creación de una nueva, en sustitución de ésta, sobre valores éticos y cívicos, y centrada en "los derechos humanos" y las "virtudes cívico-democráticas", de forma similar a como han hecho otros países europeos.