Santi Potros, recibido con pancartas de bienvenida tras cumplir 31 años de condena por 40 asesinatos
- Una comida en una 'herriko taberna' y varias pancartas diseminadas por Lasarte, incluida una de ellas en la casa de su hermana, en las que se felicitaban de su puesta en libertad.
- El ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska había advertido de que el Gobierno estaría vigilante ante cualquier muestra pública hacia el etarra.
Pasaban las seis y media de la tarde cuando Santiago Arrospide Sarasola abandonaba la sociedad gastronómica Xirimiri de Lasarte. Lo hacía rodeado de una veintena de familiares y amigos antes de subirse a un coche probablemente en dirección a su casa o a la de su hermana. Nada extraño en un domingo cualquiera de no ser porque Santiago Arrospide Sarasola no es otro que el conocido Santi Potros, uno de los mayores y más sanguinarios pistoleros de la historia de ETA, con 40 víctimas a sus espaldas, que este mismo domingo, antes de celebrar como cualquier familia normal en un domingo normal había salido de la cárcel después de cumplir 31 años de condena.
El ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska había advertido de que el Gobierno estaría vigilante ante cualquier muestra pública hacia el etarra. De hecho, se esperaba algún homenaje público hacia el ideólogo del atentado del Hipercor de Barcelona, hace ya 30 años y que le costó la vida a 21 personas, pero las muestras de cariño tras su liberación no han ido más allá del ámbito privado.
Una comida en una 'herriko taberna' y varias pancartas diseminadas por Lasarte, incluida una de ellas en la casa de su hermana, donde se le daba la bienvenida y en las que se felicitaban de su puesta en libertad.
Arrospide, o Potros, sólo ha cumplido 30 años de condena después de que fuese detenido en 1987 en la localidad francesa de Anglet beneficiado por la denominada Doctrina Parot, pues sus más de 2.000 años de pena le condenaban a permanecer entre rejas hasta el año 2030. Tres décadas en las que no ha abandonado el ala dura de la organización terrorista. De hecho, ahora apenas asume los mandatos de una dirección que considera demasiado blanda, cree que el anuncio del llamado "cese definitivo de la actividad armada" de ETA de 2011 fue un error y aboga por seguir atentando y matando.
Escrache a Casado en Vitoria
Un escenario diametralmente opuesto al que se ha encontrado Pablo Casado en Vitoria durante la celebración de los festejos por la Virgen Blanca. El presidente del Partido Popular, líder de un partido democrático que contabiliza por decenas a los militantes que fueron víctimas de ETA, fue acosado, abucheado y vilipendiado por radicales abertzales durante una breve intervención ante los medios de comunicación. Ya le pasó en Pamplona el pasado 9 de julio, cuando intervino para defender una vez más la independencia de Navarra respecto a Euskadi y que el euskera no es la lengua de la comunidad foral.
También le pasó en Alsasua, a cuenta de su defensa de los guardias civiles apaleados. Y también le pasó en Ermua, durante la campaña de las primarias del PP, donde fue a defender la supervivencia del espíritu que nació del asesinato a sangre fría de Miguel Ángel Blanco.
Unas actuaciones que le han valido al líder del PP las críticas del PSOE por boca de Iratxe García, presidenta de la Delegación Socialista Española en el Parlamento Europe, quien ha calificado de "irresponsable" la posición del grupo popular en lo que se refiere a la política de acercamiento de presos de Pedro Sánchez ya sería "utilizar el dolor de las víctimas".
"Ongi etorri Xanti". "Maite zaituztegu". "Bienvenido Santi", dice la primera. "Te queremos", añade la segunda. En Lasarte, este domingo, había una tercera pancarta. Decía "Covite, el negocio de las víctimas".
A 1 de agosto, los datos del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) contabilizan 133 actos de enaltecimiento del terrorismo y homenajes a presos de ETA que han sido recibidos con honores tras salir de la cárcel.