El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha reunido en las últimas semanas con varios presidentes de las principales compañías del Ibex-35, entre ellos la del Banco Santander, Ana Botín, para analizar la situación económica actual y los principales retos.
Sánchez ha mantenido diversos encuentros con los primeros ejecutivos de las principales compañías españolas para abordar la situación, en el marco de su agenda habitual en la que se programan encuentros con representantes de todos los sectores.
Algunos de los líderes empresariales con los que se ha reunido Sánchez en las últimas semanas son, además de con Botín, el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete; el de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán; ACS, Florentino Pérez; Fundación La Caixa y CriteriaCaixa, Isidro Fainé, o Endesa, Borja Prado, entre otros, según recoge el diario Expansión.
A la vuelta de las vacaciones, en septiembre, Sánchez seguirá llevando a cabo reuniones con los principales líderes empresariales del Ibex, para tratar sobre la evolución macroeconómica del país y los principales retos del futuro.
Las reuniones se están produciendo en un contexto en el que el Gobierno ha anunciado que tiene previsto mejorar los ingresos tributarios implantando nuevas figuras tributarias, entre las que se encuentra la creación de un impuesto a la banca y un nuevo tributo a los servicios digitales de las grandes compañías tecnológicas (como Facebook, Google, Apple, Amazon o Microsoft).
El Ejecutivo también ha adelantado que prevé modificar el Impuesto sobre Sociedades, con la intención de implantar un tipo mínimo, que podría ser del 15%, a partir del cual las empresas no puedan aplicarse deducciones, si bien la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aclaró que no afectará ni pymes ni a autónomos.
Estas medidas no han sido bien recibidas por buena parte de las compañías. La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) calificó de "error" subir los impuestos a las empresas porque ello "lastraría" la competitividad, recortaría la inversión nacional y extranjera, reduciría a medio plazo la tributación y podría perjudicar la creación de empleo.
El impuesto a la banca para sufragar las pensiones ha encontrado también el rechazo frontal del sector financiero. La Asociación Española de Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) advirtieron de que un aumento de la carga tributaria del sector financiero no es la solución "adecuada" para el sostenimiento del sistema de pensiones, ya que es "injusto" y conllevaría efectos "colaterales perjudiciales" para la economía en general.
A su juicio, el establecimiento de un gravamen singular sobre el sector podría tener unos efectos recaudatorios "inferiores a los pretendidos" y, sin embargo, afectar de forma "muy negativa" a la solvencia del mismo.
El consejero delegado de BBVA, Carlos Torres, advirtió de que generaría distorsiones y encarecería el crédito, en línea con la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, quien opinó que "no se justifica" y que cualquier medida fiscal debería ser la misma para todas las empresas.