La reunión se produjo en la localidad turca de Gaziantep, a 70 kilómetros de la frontera con Siria. Allí, y según su propio testimonio, un hombre del Daesh entregó al joven Yayah Nouri una tarjeta de memoria con objetivos concretos para atentar en París y Burdeos. Los objetivos estaban marcados con coordenadas GPS para que los comandos ocultos en Marsella y Estrasburgo supieran los lugares exactos para atentar. Además, dentro de la tarjeta había tres teléfonos de contacto franceses y un sermón de Abu Bakr Al Baghdadi, líder del autoproclamado califato del Estado Islámico, alentando a matar infieles en suelo europeo.
Aquello era la luz verde. La información que el joven que había partido del País Vasco debía entregar a su reclutador para activar los ataques. Era el final de un camino que, según sus propias palabas, arrancó en 2012, cuando Nouri consiguió entrar ilegalmente en España.
En su primer intento, el joven fue detectado en el muelle de Isla Verde del puerto de Algeciras y devuelto de inmediato a Marruecos. Pero en su segunda tentativa consiguió esconderse en los bajos de un camión hasta llegar a Sevilla. Allí permaneció cuatro meses en un centro de internamiento para menores, hasta que fue trasladado a otro centro en San Sebastián. De allí, y según su testimonio, Naouri fue rotando de centro en centro hasta quedar bajo los cuidados de una asociación dedicada a facilitar la inserción de menores en riesgo de exclusión social.
Sin embargo, pese a los cuidados, las atenciones, los programas formativos en enfermería en los que participaba en España, el joven comienza un proceso de radicalización en 2013. "Primero frecuentaba la mezquita de Beasain" (Guipúzcoa), explica en su declaración ante la Justicia marroquí, mientras desvela que en esas fechas entró en contacto con un colectivo islamista muy riguroso llamado Justicia y Caridad.
Este movimiento (Jamaat El-Adel Wal'lhssan, por su nombre en árabe) está ilegalizado en Marruecos y se le vincula con el Partido Justicia y Desarrollo, del que formaba parte, tal y como reveló EL ESPAÑOL, el presunto yihadista marroquí Abdeslam Tazi. Ya en 2015 y según adelantó El Confidencial, los responsables de la lucha contra el terrorismo islamista mostraban su preocupación por el peso que estas corriente religiosa estaba tomando en las mezquitas españolas.
Yihadistas desde Facebook
Según su propia confesión, en 2013 Yayah Nouri conoció a un grupo de personas por medio de Facebook. Allí entabló relación con un ciudadano tunecino llamado Abu Hamza Ettounssi, que le reveló que era un yihadista enrolado en el Frente Al-Nusra, una organización terrorista siria vinculada a Al Qaeda. "A partir de entonces, él me enseño el pensamiento yihadista y luego me pidió que me uniera a él" en Siria. El nombre aportado por Nouri coincide con el de un yihadista tunecino famoso por conceder en 2015 una entrevista televisiva mostrando su arrepentimiento por las atrocidades cometidas mientras estaba en Siria.
También por medio de la red, Nouri entró en contacto por primera vez por con miembros de Estado Islámico. El primero fue alguien que utilizaba una cuenta a nombre de "Aboul'KaaKaa", que coincide con el de un conocido yihadista tunecino, ya fallecido. "Cuando se acercó, insistió en convencerme para que me uniera a la organización", explica el joven tras ser detenido en Marruecos. Además, el yihadista le proporcionó una serie de páginas webs y portales donde obtener información sobre el conflicto en Siria e Irak directamente de Daesh. El joven asegura que las noticias sobre los enfrentamientos en Raqqa y Alepo le llevaron a cultivar el deseo de marcharse a Turquía y pasar la frontera para ingresar en las filas del Daesh.
Contacto en España con personas que manejen armas
Sin embargo, el paso definitivo llegó en julio de 2016, cuando Nouri contacta con Hicham El Hanafi, el yihadista marroquí que se movía por Europa con pasaporte falso y gracias a un permiso de residencia expedido tras solicitar asilo político. Nouri cuenta que mantiene varias reuniones con El Hanafi en las que éste le muestra varios vídeos en su portátil sobre la supuesta labor que el Estado Islámico está cometiendo contra los infieles, le da clases sobre medidas de seguridad y recomendaciones por si es interrogado por cualquier Policía europea.
En ese momento, Nouri revela que su compañero tenía un contacto importante en Siria, un emir de Daesh de origen marroquí apodado Abu Ahmed Al-Andaloussi, ubicado en ese momento en la ciudad siria de Homs. Además, El Hanafi, según esta versión, le prometió documentación falsa gracias a un contacto de la red en Alemania. Hanafi le habría pedido un contacto en España con personas que supieran utilizar armas de fuego.
Fue entonces cuando El Hanafi, detenido en Marsella (Francia) una semana antes de la fecha prevista para atentar, le confesó a su contacto en España el plan de acción: atacar el 1 de diciembre en París y Burdeos con ametralladoras Kalashnikov. El plan llevaba desarrollado desde hacía tiempo, pero las diferencias entre los distintos líderes de Daesh y la muerte del responsable del plan en un ataque en mayo de 2016 habían hecho que su puesta en marcha se demorara en el tiempo. Fue entonces cuando Yayah Nouri, según el mismo reconoce, se ofreció a participar en los atentados desde su casa en Ordizia.
Esperando la llamada en un hotel de Turquía
A mediados de octubre de 2016, Hicham El Hanafi le informó de que había sido elegido para llevar la coordinación de la célula terrorista. Según la declaración de Nouri, el joven afincado en España desde 2012 sería el responsable de viajar hasta Siria y recoger una tarjeta de memoria con información concreta sobre los objetivos donde atentar. Lugares elegidos directamente por la cúpula del Daesh.
Así, el 19 de octubre de ese año, Nouri toma un vuelo desde Bilbao a Ankara, en Turquía. A su llegada, reserva una habitación en el Hotel Central para una estancia de dos semanas. En ese tiempo, recibió dinero desde España para gastos y los cuatro viajes que realizó a Estambul, donde compró una tarjeta sim turca y contactó de nuevo con Hicham El Hanafi, que entonces estaba en España, a través de Telegram y del servicio de mensajería de Facebook empleando nombres falsos.
Una vez asentado en Ankara, Nouri acudió a una asociación para refugiados vinculada a Naciones Unidas y pidió asilo político. Para ello, aseguró que había pertenecido al movimiento político marroquí 20 de Febrero. Sin embargo, el 11 de noviembre de 2016, el joven residente en el País Vasco se trasladó a Gaziantep, a escasos 70 kilómetros de la frontera con Siria. Allí se hospedó en casa de un carrocero sirio junto con otras cuatro personas mientras esperaba el contacto con los líderes de Daesh.
Contacto con Estado Islámico
Naouri llevaba 48 horas en la zona cuando recibió un mensaje de un número desconocido: era de alguien que aseguraba ser un saudí integrado en el Estado Islámico en Raqqa y decía actuar a las órdenes de Abu Ahmed El Andaloussi, el supuesto contacto de Hicham El Hanafi en Siria. Le informó de que pronto le enviarían un contacto a suelo turco, ya que la frontera estaba en ese momento demasiado controlada como para intentar cruzarla .
Poco tiempo después, recibe un nuevo mensaje, de alguien que asegura ser Abu Ahmed El Andaloussi. Le confirma la información y le explica que el contacto le entregará una tarjeta de memoria. Un dispositivo informático que debe guardar a buen recaudo, nunca consultar y entregar a El Hanafi. Ahí, según su declaración, terminaría su trabajo.
La reunión definitiva se produjo el 18 de noviembre de 2016 frente al jardín de la mezquita de la zona industrial de Ankara y duró cuatro horas. Allí, el enviado del Daesh le pidió que jurara lealtad a Abu Bakr Al Baghdadi, líder del autoproclamado califato, y le hizo repetir un texto a modo de promesa. Tras entregarle la tarjeta, el contacto le pidió que se quedara en la ciudad hasta que recibiera documentación falsa y el dinero suficiente como para viajar a Alemania, y desde allí, a Francia. Nouri escribió entonces a su contacto en suelo francés y le alertó de que ya tenía las instrucciones.
La noticia de las detenciones
El 20 de noviembre de 2016, el joven desplazado desde el País Vasco recibió un nuevo mensaje de su contacto del Estado Islámico en Turquía. En él, le informaba de la detención del hombre que viajó a España para adoctrinarle. Había sido apresado en Francia acusado de preparar atentados. Su interlocutor le ordenó entonces por Telegram que se deshiciera de la tarjeta lo más pronto posible. El joven marroquí pidió entonces a sus contactos que le ayudaran a pasar la frontera con Siria en lugar de regresar a casa. Algo a lo que los hombres del Daesh se negaron por considerarle marcado.
Tras el rechazo, Nouri abrió la tarjeta desde su teléfono y consultó el contenido. Allí había un sermón de Abu Bakr Al Baghdadi llamando a los musulmanes de todo el mundo a cometer atentados en sus países de residencia, especialmente en Europa. Además, estaban grabadas las coordenadas de Google Maps y la imagen del principal objetivo del ataque, situado en una zona de ocio de la capital parisina. También había escritos tres números de teléfono: tres contactos en Francia que presuntamente participarían en los ataques. Poco después, el joven que partió de España tiró la tarjeta en el baño de la estación de tren.
El joven regresó a Estambul, a donde había viajado su hermana Myriam. En ese momento, Nouri declara que recibió una nueva llamada del Daesh. Esta vez, era un yihadista apodado Abu Farouk, quien le ordenaba que guardara silencio sobre sus reuniones y sus contactos en caso de que fuera arrestado por cualquier Policía europea o marroquí. De Estambul comenzó su regreso a casa. Pasó por Grecia. El 28 de noviembre fue detenido en suelo marroquí y, poco después, firmaba esta confesión.
Nota: esta información ha sido elaborada gracias al trabajo y a la cooperación de los periodistas Nuno Pinto (Portugal), Guy Van Vlierden (Alemania), Miguel Helm (Alemania) y Yassin Musharbash (Alemania).