Los servicios secretos españoles llevan días recogiendo información acerca de los yihadistas asentados en el norte de Irak sobre sus vínculos en España. En concreto, los agentes del CNI han interrogado sobre el terreno a decenas de individuos, hombres y mujeres integrados en diferentes estructuras de organizaciones terroristas, para conocer sus vías de financiación, sus posibles lazos con personas sospechosas y sus planes a corto plazo.
Se trata de uno de los ejercicios en materia de prevención que llevan a cabo los servicios secretos españoles. Conocer los movimientos que preparan los yihadistas antes de dar el salto (o regresar) a España o Europa para, así, anticiparse a sus propósitos criminales. Un trabajo casi siempre oculto que ya ha dado sus frutos en años anteriores.
Entre los propios interrogados hay ciudadanos de origen español; yihadistas nacidos en territorio nacional que han viajado a países en conflicto para combatir en alguna de las sucursales terroristas de motivación islámica -principalmente, Estado Islámico o el Frente Al Nusra-. Cabe destacar que uno de los principales riesgos para la seguridad de la Unión Europea es el retorno radicalizado de estos combatientes con pasaporte de alguno de los países del Viejo Continente.
37 yihadistas retornados a España
Según los datos que maneja el Departamento de Seguridad Nacional (DSN), en Siria e Irak 37 combatientes yihadistas ya han retornado a España: "El número de españoles o residentes en España que han abandonado el país para desplazarse a Siria e Irak se estima en 223. De estos, 48 han fallecido, 135 siguen en zona de conflicto y 37 han retornado a España, 4 son menores y 23 son mujeres", detalla el DSN en su último informe anual.
El documento insta a luchar contra la propaganda de estos actores, que podría fomentar el nacimiento de lobos solitarios. Los Mossos d'Esquadra investigan si Abdelouahab Taib, agresor neutralizado en la comisaría de Cornellà, entra dentro de este perfil.
La mayoría de estos combatientes españoles están integrados en las filas del Estado Islámico, Al Qaeda o cualquiera de sus sucursales (en Siria, se considera al Frente Al Nusra como la principal sucursal de Al Qaeda, aunque ahora se han rebautizado bajo el nombre de Jabhat Fateh al-Sham). Pero los agentes del CNI no sólo quieren saber si estos combatientes tienen intención de regresar a España.
En concreto, los servicios secretos tratan de obtener información crucial en la prevención de posibles agresiones a los intereses españoles. Entre ellos, la hipotética comisión de un atentado terrorista dentro de nuestras fronteras. Para ello tratan de obtener información sobre los contactos que estos yihadistas podrían tener con ciudadanos españoles, cuáles son sus vías de financiación o los vínculos que podrían tener con terroristas reconocidos.
La herencia de la lucha antiterrorista
La actividad de los servicios secretos en zonas como Siria y, de forma secundaria, en Irak y Afganistán, es especialmente activa. Es dentro de estas fronteras donde el Estado Islámico ha asentado su califato, si bien ha logrado extender sus propósitos por todo el mundo a través del mundo virtual.
No es casualidad que España sea uno de los países de la Unión Europea en los que el fenómeno yihadista ha tenido menor incidencia. Por un lado, porque las personas asentadas desde el extranjero todavía constituyen una primera generación, a diferencia de lo que ocurre en Bélgica, Francia o Reino Unido. Pero también por el trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que han heredado los conocimientos de la lucha antiterrorista de los años más duros de ETA.
Entre los preceptos heredados impera el trabajo en prevención. Es la máxima en la que trabajan los servicios secretos: obtener información sobre el terreno para tener capacidad de anticiparse a los movimientos de los terroristas. El terreno ha cambiado, y es por eso que los agentes del CNI trabajan en zonas de conflicto como Siria.
84 personas detenidas en 2017
En 2017 se practicaron en España 84 detenciones de personas relacionadas con organizaciones yihadistas en el marco de 51 operaciones policiales. A estas cifras hay que añadir a los seis terroristas abatidos que integraban la célula de Ripoll, autores del asesinato de 16 personas en los atentados de Barcelona y Cambrils del 17 y 18 de agosto.
Buena parte de los detenidos estaban integrados en las estructuras de financiación de organización terrorista, uno de los pilares sobre los que se asientan los interrogatorios que los agentes del CNI llevan a cabo estos días en el norte de Siria. La máxima de estas actuaciones: adelantarse a los terroristas, obtener un mapa de sus vínculos en España y, en definitiva, evitar que actúen.