El nombre de Ali Akbar Shahghaleh, 44 años, se había convertido en una obsesión para los servicios policiales alemanes. Le acusan de ser el asesino de Anna S., 36 años. 25 puñaladas hasta acabar con su vida. Un crimen que propició el surgimiento de un clima de violencia xenófoba creciente en Alemania. Helicópteros, perros y decenas de agentes siguieron su paso tras el crimen perpetrado hace diez días en Düsseldorf. El fugitivo había puesto pies en polvorosa en una huida frenética de más de 2.000 kilómetros. Una huida frustrada en los Jardines de Murillo, Sevilla, con la detención practicada por agentes de la Policía Nacional.
El suceso tuvo lugar en la zona de Bachstraße, en Düsseldorf. Los testigos escucharon unos gritos y se encontraron con la escena del crimen: Ali Akbar Shahghaleh había asestado 25 puñaladas a Anna S., de 36 años. El episodio, junto a otros crímenes registrados recientemente en Alemania, fomentó la situación de crispación que se está viviendo estos días hacia extranjeros e inmigrantes. La propia canciller alemana, Angela Merkel, condenó ayer este clima de violencia xenófoba.
La huida de Ali Akbar Shahghaleh había obligado al inspector jefe de Düsseldorf, Guido Adler, a dar explicaciones ante los medios por la huida del asesino. Los testigos habían dado información clave sobre su identidad y las pesquisas policiales sirvieron para estrechar el cerco sobre este ciudadano de origen iraní.
La huida hasta Sevilla
Las investigaciones de la policía alemana no fueron en vano. Los indicios apuntaban a que Ali Akbar Shahghaleh había montado en un tren que viajaba hacia el sur de Europa. Concretamente, ubicaban sus movimientos en la ciudad de Sevilla. Con esos datos, y atendiendo a la orden europea de detención y entrega decretada por las autoridades de Alemania el pasado 22 de agosto, la Policía Nacional montó un dispositivo de búsqueda por la ciudad andaluza.
El dispositivo surgió efecto ayer, jueves. Según informa la Policía, la detención se produjo en los Jardines de Murillo, uno de los parques más frecuentados de Sevilla y muy cerca de la catedral. Los agentes localizaron a Ali Akbar Shahghaleh. El asesino trató de escapar al percatarse de la aproximación de los agentes, pero éstos lograron interceptarlo.
De acuerdo al procedimiento, los policías identificaron al individuo. Cuando tenían sus datos, Ali Akbar Shahghaleh se revolvió y adoptó una actitud agresiva, "haciendo ademán de sacar algún objeto de su vestimenta", informa la Policía. Los agentes se vieron obligados a reducirle.