Al Ejecutivo de Pedro Sánchez se le amontonan los problemas. Dos graves líos en un solo día. Porque este jueves que se presentaba apacible para el Gobierno, con su presidente de viaje y algunos de sus ministros compareciendo en el Congreso, se convirtió en una jornada endiablada. Primero, porque quedó claro que Sánchez no goza de demasiados apoyos para sacar adelante una reforma fiscal. Y, segundo, porque el Ejecutivo ha legalizado por error un sindicato de prostitutas.
A algunas improvisaciones y a algunas contradicciones del presidente del Gobierno se sumaban estos dos problemas inesperados. Quizás lo más llamativo, por contradictorio, fue lo referente al sindicato de trabajadoras sexuales. "Me han colado un gol por la escuadra". Así definía este jueves la ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, lo acontecido.
Y es que este jueves trascendía que el Gobierno más feminista de la historia de España era el primero en legalizar un sindicato de estas características. En concreto, según adelantaron El Mundo y Público, la Dirección General de Trabajo publicó su polémica resolución el pasado 4 de agosto en el Boletín Oficial de Estado (BOE).
El sindicato aceptado por el Gobierno del PSOE se llama "Organización de Trabajadoras Sexuales" y se conoce con las siglas OTRAS. Magdalena Valerio, responsable del Ministerio responsable de estas competencias, reconocía en el Congreso de los Diputados que desconocía totalmente la resolución y que la impugnaría de manera inmediata. Un tropiezo más del Ejecutivo.
Tal fue el error que hasta la vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, Carmen Calvo, eludió valorar la polémica surgida durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados, limitándose a decir que "las palabras de la ministra de Trabajo son las mías".
La conocida debilidad parlamentaria
Al citado error, muy polémica pero más cosmético que de fondo, hay que sumar una nueva prueba de la conocida debilidad parlamentaria del Ejecutivo, solo respaldado por los 84 diputados del PSOE. Solo unas horas después de que trascendiera el hipotético acuerdo entre el Gobierno y Podemos para alumbrar una subida de impuestos a las rentas más altas, el PDeCAT, socio necesario para sacarla adelante, se mostraba contrario a esta medida.
Este nuevo jarro de agua fría rebaja, por tanto, las expectativas gubernamentales de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. Esa es la prueba del nueve para un Gobierno, el de Sánchez, que acumula tropiezos estéticos y que pierde unos socios u otros según los temas que negocia.