La DGT quiere reducir el actual límite de 100 km/h de velocidad en las carreteras secundarias y aumentar el número de radares con el objetivo de frenar la cifra de fallecidos que este verano ha dejado un nuevo incremento del 15 por ciento, con 259 muertos, 34 más que las vacaciones del año pasado.
Unos datos que "no son buenos pero tampoco ninguna sorpresa", en palabras del director de Tráfico, Pere Navarro, que ha dejado claro que hay margen para mejorar y que precisamente la fotografía que ofrece lo ocurrido en las carreteras en julio y agosto "apunta dónde hay que concentrar los esfuerzos".
Es aquí donde Navarro ha avanzado que tiene en su agenda reducir el límite máximo de velocidad en las carreteras secundarias, donde han perdido la vida estos dos últimos meses 198 personas, 24 más que el verano de 2017, lo que supone el 77 por ciento de todos los fallecidos, un porcentaje similar al que deja la siniestralidad todo el año.
Pero además, casi un cuarto de los muertos en este tipo de vías -hay 150.000 kilómetros, el 91 por ciento de toda la red- es por salida de vía y, en la mitad de estos casos, por exceso de velocidad, con poco margen de diferencia sobre el consumo de alcohol y drogas (47%).
"Hay que trabajar con la velocidad y seguir insistiendo con drogas y alcohol", ha asegurado Navarro antes de exponer los grandes objetivos de su política de seguridad vial para "homologarnos" a otros países europeos como Francia, que este año ha bajado la velocidad en vías secundarias de 90 a 80 km/h, después de tres años consecutivos de incremento de fallecidos.
Medida para reducir la siniestralidad
Con esta medida han logrado bajar en los últimos cuatro meses la siniestralidad, ha puesto como ejemplo Pere Navarro, que ha ofrecido los cuadros comparativos de la Comisión Europea por países sobre los límites de velocidad o su número de radares.
En el primer asunto, España figura junto con Rumanía, Polonia, Irlanda, Alemania y Austria en el grupo de países que mantienen los 100 km/h en convencionales, mientras que a 90 km/h circulan ya como tope belgas, croatas, griegos, italianos o portugueses y más despacio, a 80 km/h, en Suiza, Noruega, Países Bajos, Malta, Francia Finlandia o Dinamarca.
Con esta comparativa y los datos de siniestralidad, el máximo responsable de la DGT, como sus dos antecesores, lo tienen claro. "Me cuesta encontrar argumentos en contra, pero en este país cada vez que tocas el tema de velocidad salen resistencias extrañas", ha bromeado antes de apelar a la prudencia y preferir no fijar ningún plazo para la medida.
Respecto a los radares, Tráfico también expone cómo están otros países respecto a España, con 905 cinemómetros fijos y móviles, un número muy alejado de los instalados en Francia, 3.953, o en Reino Unido, 7.200.
"La velocidad es el tema y punto", ha zanjado en un momento de su intervención, que ha comenzado con la presentación de los datos del verano, en el que se han registrado 236 accidentes mortales, con 259 muertos -127 en julio, seis más que en 2017; y 132 en agosto, 28 más que hace un año.
Tráfico recuerda que desde 2012 la cifra de fallecidos en verano varía entre 220 y 260 y que, al reducirse las grandes retenciones, no hay "grandes diferencias" entre el verano y otros meses del año.
Respecto del verano de 2017, las comunidades autónomas que han tenido aumento del número de fallecidos han sido la Comunidad Valenciana (13), Galicia (11), Aragón y Castilla y León (7), Canarias (6), Cataluña, Navarra y País Vasco (3) y Murcia (1).
Andalucía, Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, Comunidad de Madrid y La Rioja presentan descensos en cuanto a los fallecidos por accidente de tráfico en el verano de 2018 respecto de 2017.
Con el verano, es decir hasta el 31 de agosto, han fallecido en accidente de tráfico 799 personas, 24 más que en el mismo periodo del año anterior.