"¿Se salvará?", preguntó EL ESPAÑOL a un ministro que huía del Senado, en dirección a su coche oficial, este martes tras la sesión de control al Gobierno en la Cámara Alta. La ministra de Sanidad, Carmen Montón, parecía respirar finalmente tras día y medio de intensa presión por las supuestas irregularidades de su máster. Minutos antes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez la había respaldado en público. "Está haciendo un extraordinario trabajo y lo va a seguir haciendo". Se había mojado o, más bien, pringado por una de sus aliadas incondicionales en el PSOE. Por eso desoyó la marea de peticiones desde el Gobierno y en el partido para que prescindiese de ella.
El citado ministro se encogió de hombros y siguió su paso hacia el coche oficial. "Las órdenes, por hoy, son estas. Mañana, ya veremos", se despedía. Sánchez había fijado criterio ante la tormenta interna en el PSOE, donde muchas voces reclamaban la marcha de la ministra. Pero quien manda en el Gobierno es el presidente, no dirigentes que vierten críticas anónimas en conversaciones con los medios de comunicación.
Cuando en el partido que más debe defender a una de las suyas es imposible encontrar a un dirigente que la defienda con firmeza y sin matices, es que su situación no sólo es débil sino que ya tiene un pie fuera. Eso es lo que le ocurrió a Montón. Rodeada de buena parte de su equipo, forzando la sonrisa, aguantando el tipo, anunció a los medios su dimisión pasadas las 21:00 horas de este martes. "He sido transparente y honesta. No he cometido ninguna irregularidad", decía por enésima vez, asegurando que se va "con la conciencia tranquila" y para "no influir" en el Ejecutivo de Sánchez.
Durante más de un día, Montón paseó su trabajo de fin de máster pero no permitió a nadie leerlo. Ni a los periodistas de eldiario.es que la semana pasada se reunieron con ella, ni a los periodistas que cubrieron su rueda de prensa este lunes, ni a la Cadena Ser cuando este martes por la mañana acudió sin saber que sería su última entrevista como ministra. Por la tarde, después de la defensa cerrada de Sánchez y la huída de los ministros mudos a sus coches oficiales, La Sexta emitió una información en la que aseguraba que 19 de las 52 páginas contenían fragmentos copiados de trabajos ajenos, disponibles en internet. La sospecha de plagio fue demoledora.
No eran reglas de otros sino el trabajo de una
Montón ya no sólo había sido una política más en cursar un máster con unas reglas más que dudosas, pero quizás sin infringirlas. Lo que dependía de ella, el trabajo de fin de máster del que ella aseguraba conservar hasta los borradores, se hundía entre sospechas.
Sólo después llegó la repentina convocatoria a la prensa y la filtración inmediata de que dimitía. Fuentes del PSOE aseguran que, de no haberlo hecho, Sánchez la hubiera cesado para preservar muchas cosas. Para empezar, la credibilidad del Gobierno, presentado cuando nació como el de los más capaces y superando incluso las expectativas que había tras la moción de censura.
Pero la marcha de Montón sube además mucho el listón. El PSOE ha sacrificado a una de las suyas, pata negra en el partido en Valencia y muy cercana a Sánchez, con quien estuvo en sus momentos más duros. Se negó a dimitir de la anterior Ejecutiva cuando varios barones intentaban forzar la marcha de Sánchez, algo que consiguieron el 1 de octubre de 2016.
La estrategia contra Casado se refuerza
Ahora, el PSOE puede mantener la línea de ataque al líder del PP, Pablo Casado, que tiene un máster obtenido en el mismo instituto de la misma universidad (la Rey Juan Carlos, de Madrid) donde se matriculó Montón. Casado está pendiente de que el Tribunal Supremo decida si admite a trámite un caso contra él.
El portavoz de la Ejecutiva socialista, Óscar Puente, no tardó mucho en mostrar por dónde puede ir parte del nuevo argumentario del partido:
La nueva ministra es María Luisa Carcedo, otra incondicional de Sánchez, la madre política de Adriana Lastra, número dos del partido. Médico, asturiana, nacida en 1953, pertenece a la época en la que no había másteres. Su trayectoria está acreditada como médico y gestora, conoce bien el sistema de salud y lleva toda su vida dedicada a asuntos sociales. En la actualidad es la secretaria de Sanidad y Consumo en la Ejecutiva de Pedro Sánchez.
Con Montón ya son dos los ministros caídos en poco más de 100 días de Gobierno socialista. El otro fue Màxim Huerta, en Cultura, que duró menos de una semana por sus finanzas personales.
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