La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha respaldado esta tarde a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, en el centro de una enorme polémica por sus palabras, grabadas en un encuentro personal de hace nueve años con el excomisario José Manuel Villarejo, y el cambio en sus explicaciones desde que este lunes se hicieran públicas.
Preguntada por si el Gobierno respalda a Delgado y sobre si se puede mantener en el Ejecutivo, Calvo ha sido tajante a su salida del Senado. "Perfectamente se va a mantener", ha dicho en unas apresuradas declaraciones a los medios mientras abandonaba la Cámara Alta.
En la tarde de este martes, casi ningún ministro quería hacer declaraciones a su llegada o salida del pleno del Senado, donde el PP ha gritado "¡dimisión!" en el hemiciclo tras una de las intervenciones de Delgado. Calvo apenas pronunció un par de frases mientras salía del hemiciclo tras contestar a sus preguntas. La titular de Política Territorial, Meritxell Batet, respondió con un "buenas tardes" a las insistentes preguntas de la prensa.
Sólo la ministra portavoz y titular de Educación, Isabel Celaá, aseguró que "el Gobierno mantiene plena confianza" en Delgado. El PP tiene previsto reprobarla formalmente aprovechando su mayoría absoluta en el Senado y ha llegado a pedir un cambio en el orden del día para para que se produzca este mismo martes.
En el punto de mira
Delgado está en el punto de mira por dos motivos: su relación con el excomisario Villarejo, conocido por sus actividades paralelas de dudoso fin y probable ánimo de lucro, reveladas por las grabaciones publicadas este lunes por moncloa.com. En ellas se puede escuchar su voz junto a la de otros miembros de las fuerzas de seguridad, el exjuez Baltasar Garzón y el propio Villarejo.
Sin embargo, los continuos cambios en las explicaciones de Delgado han dado munición a la oposición y han hecho que Podemos le retire su apoyo. En un primer momento, Delgado aseguró no haber coincidido nunca con Villarejo. Acabó reconociendo tres encuentros. Este martes, tras trascender otra grabación en la que se refería al hoy ministro de Interior y entonces juez, Fernando Grande-Marlaska, como "maricón", Delgado dijo primero que no se refería a él y después que sí.
El escándalo está siendo afrontado por el Gobierno con un cerrojazo informativo. La comunicación se ha reducido al mínimo y coincide con el viaje de Pedro Sánchez a EEUU y Canadá, la máxima prioridad informativa del Ejecutivo.
Iglesias se descuelga
El Gobierno ya no cuenta con el apoyo de su principal socio. Pablo Iglesias, líder de Podemos, elevó en la tarde de este martes el tono. "Alguien que se reúne de manera afable con un personaje de la basura de las cloacas de Interior en nuestro país debe alejarse de la vida política porque hace daño a la mayoría que protagonizó la moción de censura", dijo.
Por su parte, el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, también ministro de Fomento, salió a defender a Delgado. "Si hay una cuestión ilegal, que se ponga de manifiesto, pero hay que acabar con esta cacería porque es un deporte por parte de quien no tiene nada más que ofrecer, más que un lodazal en esta sociedad", ha pedido.