La maldad circula por whatsapp. "¿Te acuerdas cuando los ministros iban entrando uno a uno en el Gobierno para generar expectación? Pues ahora es lo mismo, pero al revés". Las semanas se están volviendo asfixiantes para el Ejecutivo, sobresaltado cada mañana con informaciones o acusaciones sobre el pasado de uno de sus ministros. El PSOE vive sumido entre la preocupación por el rápido deterioro del Ejecutivo y la impotencia ante lo que los dirigentes del partido creen una cacería orquestada para derribarlo.
Este jueves le tocó a Pedro Duque, el ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, asediado por informaciones que revelaban que creó una sociedad para gestionar su patrimonio, pudiendo haber eludido el pago de impuestos. Como informó EL ESPAÑOL horas después de su rueda de prensa, la versión del ministro de que alquilaba sus casas a la empresa de la que es propietario junto a su esposa, algo obligatorio para no incurrir en ninguna irregularidad, no casaba con la ausencia de ingresos que figura en las cuentas desde 2015.
Moncloa no lo respaldó en público, pero sí a través de fuentes oficiales, que lo describieron como un "gran ministro" y "un ciudadano ejemplar". Pero su imagen ha quedado tocada incluso aunque se mantenga en el Ejecutivo. Con un 5,41, hasta ahora era el único que aprueba, según el último barómetro del CIS que incluye valoración de ministros.
Duque es el cuarto ministro tocado por un escándalo que tiene que ver con su pasado. El primero fue Màxim Huerta, que duró una semana al frente de Cultura. La titular de Sanidad, Carmen Montón, cayó coincidiendo con los 100 días de Gobierno. Desde entonces, en dos semanas, Dolores Delgado (Justicia) y Duque están en la diana.
El ruido ensordecedor
Es tan ensordecedor el ruido que el Gobierno se ve incapaz de liderar el debate público, al que se suman una enorme presión por parte del PP y Ciudadanos, con una oposición feroz contra un Ejecutivo que consideran ilegítimo. El PSOE y el Gobierno están muy dolidos también con los medios de comunicación, a los que acusan en algunos casos de propagar noticias falsas, en otros de contribuir a su difusión y en general de no ponderar bien qué es importante y qué no. "Creo que debe hacer un una reflexión sobre las noticias falsas. A veces, se ven obligados a informar sobre noticias falsas que contaminan el debate público", dijo Sánchez este jueves en Nueva York.
El viaje de Pedro Sánchez a Canadá y EEUU, un descomunal y maratoniano esfuerzo diplomático que ha incluido reuniones de alto nivel y discursos en importantes foros, se ha malogrado por las turbulencias. Pero, además, el presidente del Gobierno ha hecho varios anuncios. Sánchez se resigna ya a remitir a Bruselas unas previsiones que no tengan en cuenta los 6.000 millones de gasto extra autorizado por las autoridades europeas para los Presupuestos de 2019, que presentará con la senda de estabilidad del PP ante la negativa del Senado y de la Mesa del Congreso a autorizar una nueva.
La negociación con sus socios, los mismos de la moción de censura, se hará aún más cuesta arriba. Hay menos que repartir. PP y Ciudadanos "tendrán que explicar" por qué los españoles y las comunidades autónomas disponen de menos recursos para la sanidad o los servicios sociales, advirtió el presidente del Gobierno en un foro organizado por la agencia de noticias Reuters.
En manos de los independentistas
Pero Sánchez también ha advertido este jueves a los independentistas de que la legislatura se puede acabar si mantienen la creciente tensión. Es más, que depende de ellos, en clara alusión a Carles Puigdemont, el expresident de la Generalitat huido de la Justicia española en Bélgica, y el president formal, Quim Torra, que lideran los mensajes en favor del unilateralismo.
"La política es siempre un juego de prioridades. Si priorizamos el conflicto en vez de la cooperación, la legislatura en España se habrá acabado. Iremos a elecciones. Pero si pones por delante la cooperación al servicio de políticas sociales u otras, creo que podemos durar hasta 2020. Esta es mi idea y mi objetivo", dijo Sánchez al ser preguntado específicamente por el apoyo que le brindan ERC y PDeCAT, sin cuyos diputados en el Congreso no puede articular la mayoría que lo hizo presidente.
Posible estrategia electoral
Algunas voces en el PSOE aseguran que, dentro de todo el caos, Sánchez puede enarbolar muy pronto una estrategia electoral que puede acabar reforzándolo contra pronóstico. "Ser la víctima se le da muy bien", explica un diputado socialista no sin malicia.
Víctima del acoso y derribo mediático, de una doble derecha de vuelta a la crispación o incluso de un independentismo que por tensar la cuerda acabó por romperla. Primero Sánchez se enfrentó a las élites de su partido y ganó las primarias. Ahora podría enfrentarse a esas otras élites que él cree que le mueven la silla, y ganar las elecciones aunque no sea con tanto margen como pronostica el Centro de Investigaciones Sociológicas, cuya última encuesta dirigida por el socialista José Félix Tezanos, apenas nadie se toma en serio ni dentro del PSOE.