La alegría generalizada del acuerdo adoptado el miércoles en el seno del Pacto de Toledo ha dado paso a un parón en las celebraciones y una amenaza clara: "Si el PP no quiere ahora que las pensiones se revaloricen con el IPC, y sólo con el IPC, es fácil, vamos a elecciones". Mercé Perea, portavoz del PSOE en la mesa del pacto, lo ha dejado así de claro en declaraciones a EL ESPAÑOL después de que los 'populares', Ciudadanos, el PDeCAT y hasta la CEOE salieran a matizar la noticia este jueves.
El ala de centro derecha y los empresarios jugaron con la redacción del texto advirtiendo de que no se debían lanzar "las campanas al vuelo". Para Gerardo Camps, portavoz del PP, el punto está en si será "en base" al IPC o "conforme" a este indicador. Fuentes oficiales del Grupo Popular han confirmado que se "felicitan" del acuerdo, pero que éste "nos retrotrae a la situación de 2011, que contemplaba la posibilidad de que usaran otros índices aparte de la subida de los precios".
El representante popular en el Pacto de Toledo había aclarado que estaban satisfechos porque la posición de su partido había quedado reflejada en el texto, ya que la recomendación acordada marca la sostenibilidad financiera de las pensiones como la clave para el modelo. Por eso, dicen, el preacuerdo añade expresamente que la revalorización se hará "en base al IPC y no conforme al IPC".
Y las fuentes del PP consultadas por este periódico señalan que ellos no tienen nada que aclarar y que el propio secretario de Estado de la Seguridad Social les dio la razón el miércoles. "Octavio Granado dijo que esto vale para dos años y que en 2020 habrá que añadir otros indicadores", así que para los 'populares' "la contradicción está entre el PSOE y su Gobierno, no con que nosotros interpretemos una cosa distinta a la escrita".
La posición del PP ha levantado ampollas en el PSOE y en Podemos, sobre todo cuando ha venido acompañada de las palabras de Juan Rosell, jefe de la patronal, en la mañana de este jueves preguntándose qué significa "el IPC real". Para el jefe de los empresarios, la clave está en cómo se calcule el Índice de Precios al Consumo: "¿Va a ser el IPC actual el mismo dentro de 10 años? Hay que analizarlo todo". Rosell se refería al cambio en la ponderación de los productos en la cesta de la compra para el cálculo de la inflación.
Pero éste es un argumento que no le vale a la portavoz de Podemos, Yolanda Díaz: "Si queremos ser claros, el IPC es un índice injusto para los pensionistas, porque puede que suba un 2,2% pero la factura de la luz ha crecido un 25% y eso pesa mucho más en la cesta de la compra de los mayores que en la de los trabajadores de sueldo medio". Y si había alguna duda, la socialista Perea aclara: "Lo del 'IPC real' significa el que marca el INE, no hay nada que interpretar".
Queda mucho trámite
Pero lo que sí que es cierto que lo aprobado por el Pacto de Toledo no es más que una recomendación, que tiene que pasar al Congreso para convertirse en iniciativa legislativa y que después ha de ser fijada por el Gobierno. A eso se refería la Mesa por el Blindaje de las Pensiones (MERP) cuando en un comunicado urgía a convertir el acuerdo en ley argumentando que "las recomendación está formulada de forma genérica y corresponde al Gobierno concretarla y ejecutarla".
Y es que el 'popular' Camps ya había sugerido que lo pactado es interpretable en el periplo que va del Pacto de Toledo hasta que el Ejecutivo lo apruebe: "El IPC es un indicador troncal, fundamental, pero no el único. Pueden utilizarse otros indicadores; eso sí, le corresponde al Gobierno fijarlo".
Desde Podemos, Yolanda Díaz insiste en que "no es interpretable, la redacción es clarísima y de hecho la palabra 'real' la hemos exigido nosotras para que no se discuta, porque es un índice que se publica todos los años". La representante del partido morado es taxativa al atribuir las tomas de posición de PP, Cs y PDeCAT "a mensajes de clave interna" porque "hemos luchado durante meses por el IPC y ellos no lo querían ni de coña, porque legítimamente por su ideología no tienen cómo vendérselo a los poderes económicos".
De hecho, los de Pablo Iglesias advierten de que, a pesar de que el presidente del Gobierno desde Nueva York haya dicho que asume la recomendación como un mandato, permanecerán vigilantes "hasta que se lleve a la ley, porque el Pacto de Toledo es una broma de mal gusto, se hace para incumplirlo, y no sería la primera vez que el PSOE se lo salta a la torera, ya lo hizo en 2010".
¿Y la sostenibilidad?
Granado, secretario de Estado de la Seguridad Social, dejó claro el mismo miércoles del acuerdo que para él es motivo de celebración, pero que una de las claves principales del capítulo de las pensiones es la "sostenibilidad del modelo". Que éste tiene como mucho una vida de "diez años, y luego habrá que repensarlo" y de sus palabras se infería que, en todo caso, la revalorización con el IPC no le terminaba de satisfacer: "Las pensiones subirán lo que el IPC en 2018 y 2019, pero hará falta un indicador permanente a partir de 2020".
Ésa es la clave en la que, sobre todo, ha querido poner el peso Ciudadanos: "Podemos prometer el IPC o que suban 300 euros cada mes", dijo Albert Rivera en una entrevista en Telecinco, "pero la realidad es que somos el segundo país europeo con menos natalidad" y "no tenemos empleo de calidad para incrementar la caja de la Seguridad Social", y así "las pensiones no estarán garantizadas".