El Rey considera que España "es una gran nación por la que vale la pena luchar, abierta al mundo y dueña de su futuro" y reafirma que la Corona, que estuvo "al servicio de todos los españoles" en la Transición, sigue siendo "referencia" de la España constitucional y de la nación "unida y plural".
Felipe VI se pronuncia en estos términos en el prólogo con el que presenta la obra España constitucional (1978-2018). Trayectorias y perspectivas que se ha dado a conocer este lunes en el Congreso en un acto encabezado por la presidenta de la Cámara, Ana Pastor.
Un preámbulo en que el que hace un balance "positivo, sin duda" de los 40 años de vigencia de la Constitución -que define como "el reflejo fiel de la voluntad compartida por el conjunto del pueblo español"- y destaca los "muchos logros" alcanzados en este período aunque "sin caer en el triunfalismo o la complacencia".
Recuerda que hace 40 años el "espíritu de concordia" entre los españoles permitió superar "viejas querellas" y abrir una etapa "fecunda y brillante" de la historia de España, con la Constitución como "gran triunfo de todos los españoles" y "expresión jurídica y política de ese éxito colectivo".
Al reseñar el "estudio sosegado y objetivo" de esta "tarea común" abordado en los cinco volúmenes del estudio promovido por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, el Rey afirma que este análisis permite "tomar impulso de cara a un futuro que será muy positivo para España si somos conscientes de nuestra fortaleza cuando trabajamos juntos en la búsqueda de metas ilusionantes".
De hecho, también apunta que "importa plantear las perspectivas de futuro, en forma de proyectos sugestivos o de propuestas concretas para que el Estado social y democrático de Derecho sea capaz de dar respuestas a los desafíos a escala universal" de un tiempo que califica de "apasionante" y en el que España, advierte, "debe ser también protagonista".
La Corona, al servicio de España
En este punto, don Felipe recuerda que la Constitución establece el "objetivo irrenunciable" de "establecer la justicia, la libertad y la seguridad, y promover el bien de cuantos integran la nación española, en el marco de las relaciones pacíficas y la cooperación eficaz entre todos los pueblos".
El jefe del Estado remarca en su prólogo que durante la Transición la Corona "estuvo al servicio de todos los españoles" y confirma que ahora "continúa siendo referencia de la España constitucional, de la nación unida y plural y del conjunto de las instituciones que derivan de la voluntad democráticamente expresada por los cauces legales y legítimos".
Y añade con rotundidad que España "es una gran nación por la que vale la pena luchar, abierta al mundo y dueña de su futuro".
Para Felipe VI, ello se demuestra con este estudio, en el que participan 300 autores especialistas en derecho, ciencia política, sociología, historia y ciencias sociales, y cuya aportación ve "del máximo interés" para hacer frente al futuro "a partir de las enseñanzas de una gran historia que hemos forjado entre todos".
También hace hincapié el Monarca en el papel académico del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, y señala que el "estudio riguroso" de la Carta Magna se conjuga en los cinco libros que edita este organismo con el contexto de una España "que ha conseguido situarse en el lugar que merece entre las naciones más prósperas y desarrolladas del mundo".