Unos 4.500 agentes de los Mossos d'Esquadra, según la Guardia Urbana, se han manifestado este sábado por el centro de Barcelona para denunciar las deficiencias del dispositivo policial del pasado 1 de octubre y exigir al Govern que condene las conductas violentas de ese día de una parte de los manifestantes.
Los participantes en la manifestación, convocada por el sindicato de funcionarios CSIF y el colectivo MosSOS, lucían camisetas negras y algunos de ellos portaban un ataúd con reivindicaciones laborales escritas sobre él.
La marcha, que iba encabezada por una pancarta con el lema "Por la dignidad y la seguridad de todos", ha partido de la plaza Universitat y ha recorrido algunas calles del centro hasta llegar a la plaza Sant Jaume.
En nombre de la plataforma convocante, David Miquel ha asegurado en declaraciones a los periodistas que están esperando "una condena por parte del Departamento de Interior a la violencia" del pasado lunes en algunos puntos del recorrido como delante del Parlament y en la Via Laietana, una respuesta que debería haber llegado "desde el minuto uno".
Miquel también ha criticado el dispositivo desplegado y que no todos los agentes contaran con los elementos de seguridad necesarios. "Esperamos que modifiquen su manera de tratar a los agentes", ha asegurado.
Preguntado por el acto de inauguración del curso oficial del Instituto de Seguridad Pública de Cataluña, la academia donde se forman los Mossos, a la que no fue invitado ningún miembro del Estado, Miquel ha lamentado este hecho "porque no ayuda a establecer puentes entre administraciones".