El expresidente de la Generalitat, Artur Mas, ha considerado este miércoles que "no es momento de convocar elecciones" sino de " volver a la unidad" en Cataluña, pese a la ruptura entre ERC y JxCat en la votación de este martes en el Parlament. "No es momento de convocar elecciones sino de recomponer la unidad en el Parlament para cumplir el mandato de la gente, que es lo que los políticos tienen que hacer", dice.
En una entrevista a Radio Nacional, Mas ha señalado que se siente "más cómodo" con la posición del actual Gobierno que con la del Gobierno de Rajoy, por ser "más flexible, más abierto" pero que el diálogo tiene que "conducir a algo" y que "eso era a lo que refería Torra cuando habló el otro día". "La gente se lo tomó como un ultimatum pero no creo que ese fuese el ánimo del president, lo que creo que quería decir es que, después de un primer encuentro, para romper el hielo, la segunda reunión tendría que hacerse sobre propuestas concretas y que sesa tendrían que venir del Gobierno", explica.
En Madrid, donde se presentaba ante el Tribunal de Cuentas que juzga a Mas y otros miembros del Govern por los gastos del 9-N, el expresidente de la Generalitat acusó a organizaciones como Sociedad Civil Catalana de "querer venganza". "Se nos acusó de malversación, se nos juzgó y el mismo procesó cayó. Pero algunos, no contentos con las penas, que han considerado demasiado leves, nos han querido arruinar personalmente en nuestras economías personales", dice.
Recordando el proceso del 9-N, Mas volvió a defender que "en ningún momento se desobedeció al tribunal". "El tribunal anuló el referéndum y nosotros lo pasamos. Lo que se hizo fue una consulta popular, que estaba en las manos de 40.000 voluntarios. Pocos días antes, alguien se pone nervioso, lo denuncia y el Constitucional lo vuelve a anular, pero es que ya no estaba en las manos de la Administración. ¿Cómo se paran 40.000 voluntarios?", pregunta.
El expresidente justifica que lo único que hizo fue "lo mismo que los fiscales y los jueces, que han decidido no actuar para evitar males mayores". Mas ha asegurado también que "si somos condenados vamos a llegar hasta las más altas instancias europeas porque, al final, se está forzando el estado de derecho para castigar a personas por sus ideas".
Defiende que los portátiles del 9-N eran para Educación
Mas ha defendido en el juicio que se celebra en el Tribunal de Cuentas por su responsabilidad contable en la organización de la consulta soberanista del 9 de noviembre de 2014, que los ordenadores portátiles que se utilizaron en las mesas electorales eran para las escuelas catalanas y que es "irrelevante" que los 2,8 millones de euros con los que se adquirieron hubieran estado previamente consignados en la partida para el referéndum que anuló el Tribunal Constitucional.
Ha defendido la "normalidad" del procedimiento con el que se sufragaron los gastos del 9N, especialmente la partida destinada a casi 7.000 ordenadores portátiles, tantos como puntos de votación se habilitaron.