El Gobierno de Baleares, que preside la socialista Francina Armengol, ha responsabilizado a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) de los daños ocasionados por la riada tras las lluvias torrenciales en la isla de Mallorca el pasado 9 de octubre.
La consejera de Hacienda y Administraciones Públicas, Catalina Cladera, ha presentado en el parlamento autonómico un informe detallado con las actuaciones llevadas a cabo frente a la catástrofe, recalcando que Aemet declaró la alerta roja a las 22:26 horas, una hora después de que se pusiera en marcha el dispositivo ante inundaciones y cuando ya se acumulaban centenares de incidentes graves. Sólo 16 minutos después de esa alerta roja, se confirmó la primera víctima mortal de las cinco halladas esa noche.
"Lo primero que hay que exigir es la mejora de la capacidad de predicción meteorológica en Baleares. La ausencia de información previa sobre el desarrollo de la tormenta ha resultado un elemento clave en la gestión que se ha hecho de la emergencia", ha valorado Cladera, que ha defendido con vehemencia la gestión del ejecutivo balear: "Hemos actuado con todos los medios posibles y de la manera más efectiva que hemos podido".
En Sant Llorenç des Cardassar, localidad donde se concentraron los mayores daños, cayeron casi 240 litros por metro cuadrado. En total, fallecieron 13 personas. La última de ellas hallada, Arthur, un niño de 6 años.