El presidente del Partido Popular vive su momento más amargo desde que llegó a lo más alto de Génova hace tan solo cuatro meses. A un mes justo de tener que enfrentarse a su primer test electoral, Pablo Casado ha visto cómo su mensaje ha quedado totalmente enterrado por la reunión filtrada en el despacho de María Dolores de Cospedal, donde la exsecretaria general del PP y su marido, Ignacio López del Hierro, pedían al excomisario Villarejo espiar a un compañero de partido, Javier Arenas.
La última parte de esta reunión, desveladas por moncloa.com, ha dinamitado la reunión interparlamentaria que los conservadores celebran estos días en Málaga. "No se habla de otra cosa, no colocamos un mensaje. Todos sabemos desde cuándo se odian Arenas y Cospedal, pero que salga esto ahora...", se lamenta un barón territorial.
Pablo Casado ha marcado distancia con la que fue su principal aval en las primarias que ganó a Soraya Sáenz de Santamaría. Personas cercanas al líder del PP aseguran que "no quiere cometer los mismos errores del pasado" y por eso se ha desmarcado desde el primer día de este caso. "Ya basta de que los nuevos tengamos que ver empañado nuestro trabajo por los escándalos del pasado", se queja amargamente un miembro de la dirección nacional.
El presidente del PP habla con Cospedal, que en la última semana ha dado dos veces explicaciones sobre el caso. De momento, Casado mantiene la esperanza de que sea la propia exsecretaria general la que renuncie a su escaño para no alargar más esta agonía. Los defensores de la exministra de Defensa alegan para que aguante que "no es justo que su carrera política termine así, saliendo por la puerta de atrás, como ya pasó con otros que luego resultaron inocentes". El ejemplo que ponen es el caso de Rita Barberá.
¿Rajoy lo sabía?
Un sector cada vez más importante del PP pide que, al menos, se le abra un expediente informativo. "Es muy grave que pida que se siga a un compañero de partido y encima se pague. ¿Con qué dinero? ¿Mariano Rajoy lo sabía?", se preguntan, a la espera de que se publiquen nuevos audios.
Cospedal volvió a dar explicaciones este viernes en una entrevista radiofónica. "No voy a consentir que, por cumplir con mi obligación como secretaria general de mi partido y trabajando por mi país se ponga en tela de juicio que yo hablara con una persona que nueve años después está en prisión. Es impresentable", destacó. "No se le llegó a pagar ningún dinero", añadió.
La línea roja: la omisión de delito
La línea roja que marcó la dirección nacional para no pedir su acta de diputada es precisamente "la omisión de delito". Mientras los nervios se disparan en todos los rincones del PP, un sector cada vez más importante pide a la dirección que se le abra un "expediente informativo" por "espiar a un compañero. Pagado o no. Es una conducta totalmente reprochable".
De momento, el aludido Javier Arenas todavía no ha hecho declaraciones y no acudió a la intermunicipal de Málaga para no tener que enfrentarse a su compañera. "Esperemos que ella acabe con esta agonía cuanto antes", confía un miembro de la dirección nacional.