Cuando Pablo Casado ganó las primarias del PP a Soraya Sáenz de Santamaría, más de un dirigente popular recordó que entre los apoyos clave de la exvicepresidenta del Gobierno se encontraba Juanma Moreno, presidente del PP andaluz y candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía.
En la segunda vuelta, la que enfrentó a Casado con Santamaría, el voto fue secreto, por lo que no hay datos desglosados. En la primera, la exvicepresidenta se había impuesto en cinco de las ocho provincias, incluyendo Sevilla, Málaga y Cádiz, las únicas que superan el millón de habitantes. Sólo en tres, Almería, Jaén y Córdoba, venció María Dolores de Cospedal, decisiva finalmente en la elección de Casado.
Con el nuevo líder proclamado, en el PP surgieron voces que señalaron a Moreno, fiel a Santamaría, como objetivo a batir por Casado y sugirieron que el nuevo presidente aprovecharía las elecciones andaluzas para deshacerse de él y tener las manos aún más libres para hacer su propio proyecto.
Las encuestas, antes y ahora, pronostican para el PSOE unas claras expectativas de mantener la Junta de Andalucía, aunque le toque sufrir al negociar con Adelante Andalucía, la candidatura que engloba a Podemos e IU, con los que Susana Díaz no se lleva especialmente bien. En ese sentido, Moreno podría ser el chivo expiatorio perfecto.
Casado se pone al frente
Basta echar un vistazo a la agenda de Casado y sus declaraciones de este viernes para darse cuenta de que no será así. Para este sábado tiene programados cinco actos públicos (Díaz, tres), que lo llevarán a visitar cuatro localidades de Córdoba, entre ellas la capital. Son sólo cinco de los 45 actos que protagonizará Casado en los más de 9.000 kilómetros que su equipo dice que recorrerá en los 11 días que se pasará pateándose Andalucía.
En declaraciones a los periodistas, Casado ofreció este viernes un desmentido final a esas teorías de la conspiración. No se puede descartar que, si se confirman los presagios, estas elecciones caven la tumba de Moreno como líder del PP andaluz, pero el presidente nacional está dispuesto a asumir el resultado en primera persona. Porque su implicación está siendo total y él mismo presenta el 2 de diciembre como "primera vuelta" de las próximas citas con las urnas en este nuevo ciclo electoral que se inaugura en Andalucía.
A falta de conocer cuándo serán las elecciones generales, el 26 de mayo se celebran las europeas, municipales y autonómicas en 13 comunidades. "Nuestra intención es municipalizar la campaña de manera que nuestros alcaldes tienen que verlo como ese resultado con el que se les va a medir en unas elecciones municipales en seis meses", dijo este viernes.
Casado se multiplicará en las ocho provincias andaluzas para "lanzar un nuevo proyecto para el PP". "No es sólo para una campaña andaluza, sino que también sirven para empezar a proyectar nuestros programas e ideas de cara a las municipales, y también de cara a las generales", según ha dicho. En algunos carteles promocionales, sólo sale Casado.
Quien se la juega no es Juanma Moreno sino también el propio Casado. Eso es lo que late en una campaña donde parece tener más morbo quién queda segundo, o si Ciudadanos supera al PP, que la medalla de oro y las llaves del palacio de San Telmo, sede de la presidencia regional.
El PSOE tiene la estrategia opuesta
La estrategia del PP, y también de Ciudadanos, es totalmente opuesta a la del PSOE y en menor medida Adelante Andalucía. Mientras que Casado prácticamente se mudará a Andalucía hasta que los ciudadanos voten, Pedro Sánchez se pasará buena parte de estas dos semanas en el extranjero.
Este jueves viajó a Guatemala para la Cumbre Iberoamericana de este viernes y sábado. La semana que viene se pasará la mitad de la semana en Cuba, donde un presidente español no viajaba en tres décadas, Luego tiene previsto asistir a una cumbre de la Unión Europea sobre el Brexit, después podría viajar a Islandia y, por último, pasará el cierre de campaña en Argentina, donde se celebra la cumbre del G-20.
Sobre el papel, el PSOE andaluz sólo cuenta con Sánchez dos domingos, este y el que viene, pero el segundo podría anularse por las obligaciones europeas del presidente. Felipe González se pasó el jueves con Díaz, pero durante la campaña el partido no tiene prevista ninguna aparición de los expresidentes, ni de González ni de José Luis Rodríguez Zapatero.
Aunque habrá media docena de ministros en mítines a lo largo de la campaña, la absoluta protagonista será Díaz. Es su manera de tratar de mantener el "acento andaluz" de la campaña y, también, de excluir la influencia de la situación nacional. Mientras que Casado y Albert Rivera pretenden explotar los puntos flacos de Sánchez o el diálogo con los independentistas para movilizar a sus bases, Díaz quiere que ese eje pase sin pena ni gloria y para ello acusa a sus rivales de paracaidismo en Andalucía o incluso de utilizarla en sus carreras nacionales.